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XVII BIENAL DE FLAMENCO DE SEVILLA

Sevilla viste su traje más flamenco

Arranca una Bienal que, aún con un presupuesto reducido, se abre a la calle

La bailaora y coreógrafa María Pagés.
La bailaora y coreógrafa María Pagés.Gorka Lejarcegi

Mañana (Real Alcázar, 22.00) comienza el más grande festival flamenco de todos cuantos se celebran y referente mundial del género, la Bienal de Sevilla, que alcanza su XVII edición y se extenderá hasta el 30 de septiembre. Durante cuatro semanas completas, se ofrecerán más de 70 espectáculos de cante, toque y baile, de los que 22 son estrenos. Entre estos, el que servirá para el arranque de un evento que en esta edición no cuenta con un espectáculo de inauguración al uso. A cambio de él, la organización propone una semana que tiene al Real Alcázar como epicentro de unos encuentros que a la vez suponen parte de la filosofía que inspira el programa de esta Bienal. Así, para arrancar, la bailaora sevillana Manuela Carrasco se reencontrará con cuatro cantaores —Pansequito, Juanito Villar, El Pele y Enrique El Extremeño— que le ayudarán a meterse en la piel de cuatro heroínas de la mitología en la obra Raíces de Ébano. Al día siguiente, será el cantaor onubense Arcángel el que protagonizará el diálogo con la música barroca de la Academia del Piacere y ya el jueves será La Farruca la que intente fundir su baile étnico con el de la compañía india Anu Arjun Mishra Kathak. El ciclo, denominado Diálogos en El Alcázar, es tan solo uno de los varios que integran una programación a la que hay que reconocerle mucha imaginación y el uso de cuantos recursos se puedan tener al alcance, armas con las que la dirección del ciclo ha debido hacer frente a la drástica reducción presupuestaria de este año, que es superior al 40% con respecto a anteriores ediciones.

El recorte se deja notar en una notable ausencia de grandes figuras

El recorte se deja notar en una notable ausencia de grandes figuras que, por una u otra razón, no estarán en Sevilla durante el mes de septiembre. Frente a esas ausencias destaca la presencia de las bailaoras María Pagés y Sara Baras, de la cantaora Carmen Linares, los Ballets Flamenco de Andalucía y Nacional de España, los estrenos de Andrés Marín, Fernando Romero o Javier Barón, y la fuerza que representan los trabajos de los artistas más jóvenes del baile y la danza. Desde Paños & Estévez a Úrsula López, Ana Morales, Olga Pericet, Marco Flores, Manuel Liñán, Marco Vargas & Chloé Brûlé, Mercedes Ruiz, La Moneta, Rosario Toledo… Una panorámica muy estimulante en una edición que está dedicada precisamente al baile. Tampoco faltará el toque, con Gerardo Núñez o Antonio Rey, los recitales de cante de Pansequito, Marina Heredia, Aurora Vargas, José Valencia, Jesús Méndez y otros muchos que sonarán en uno de los espacios ganados para esta edición, el del antiguo Convento de Santa Clara. Precisamente, el de los espacios es otro de los aspectos que más destacan de la Bienal 2012. Están los tradicionales —Teatros de la Maestranza, Lope de Vega, Central o Alameda junto al Hotel Triana—, los recuperados, como El Real Alcázar y el Monasterio de la Cartuja, y las nuevas incorporaciones: el Cicus de la Universidad de Sevilla y el recién construido Auditorio de Fibes, que se estrenará con el Homenaje a Camarón en el vigésimo aniversario de su fallecimiento, un espectáculo que dirigirá Javier Limón.

A todos esos espacios hay que sumar la calle, la gran novedad de esta edición. Su directora, Rosalía Gómez, no se cansa de repetir que el evento es ante todo un proyecto de ciudad y, fiel a esa idea, ha abierto la Bienal hasta las calles y las plazas de Sevilla con el ciclo Una ciudad para el flamenco. No acaba ahí la apertura, porque el programa se completa con hasta una treintena de actividades paralelas que incluyen exposiciones, proyecciones, conferencias, cursos, entrega de premios, presentaciones y encuentros. Entre ellas, una suerte de programa de trasnoches que se ubica en el Teatro Quintero con una programación muy variopinta que va del espectáculo de Choni Compañía Flamenca al cante de El Torta, Agujetas, Remedios Amaya o la joven Rocío Márquez. Por último, no se deben olvidar las propuestas del off festival que, nacidas al abrigo de la Bienal y debidas a la iniciativa privada, son buena muestra del estado de salud de cualquier evento.

Todo así sumado otorga a esta edición un carácter singular, ineludiblemente marcado por su modestia económica, pero que también tiene el sello de su directora, que ha propuesto un modelo de bienal que se esparce en lugares y actividades de una manera quizás inédita. Solamente cabe desear que las expectativas se cumplan y que dentro de un mes, la gala de clausura, Un paseo por el baile de Sevilla de la mano de la sevillana Rafaela Carrasco, deje para la posteridad el espíritu de ciudad que se persigue.

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