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Banco Valencia cerrará 100 oficinas para mejorar sus opciones de venta

La entidad cambia el organigrama con técnicos de la etapa anterior al rescate

Ignacio Zafra
El director general del banco, Juan Antonio Iturriaga.
El director general del banco, Juan Antonio Iturriaga.CARLES FRANCESC

El Banco de Valencia confirmó este viernes que cerrará hasta un centenar de oficinas entre este año y el próximo. El objetivo es mejorar el perfil de la entidad para hacerla más vendible en el plazo aproximado de un año. El banco echará el cierre de unas 40 sucursales en una primera ola y, tras una nueva evaluación de la red el próximo año, se planteará clausurar hasta 60 más. Respecto a la primera fase de cierres, la entidad controlada por el Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB) afirmó que tendría un “escaso impacto laboral”. Las fuentes consultadas apuntan a que los despidos podrían alcanzar en esta primera etapa a 200 personas, aunque la intención sería buscar acuerdos lo menos traumáticos posible para la mayoría de ellos.

“El objetivo de esta reestructuración es concentrar la actividad en oficinas de mayor tamaño, con más eficiencia, para ofrecer un mejor servicio a los clientes y optimizar la operatividad de las sucursales”, indicó el banco en un comunicado. Por encima de ello, la meta última de la reducción de tamaño es hacerlo más vendible a las entidades potencialmente interesadas en el plazo de un año.

En los años de expansión económica y de mayor auge de la burbuja inmobiliaria, entre 2000 y 2008, el banco disparó su red de oficinas un 82% y su número de trabajadores un 81%, mucho más que la media del sector financiero español. Se trató en muchos casos de crecimientos fuera de su territorio natural que se justificaban, sobre todo, por la existencia de promociones inmobiliarias cercanas en las que el banco actuaba como financiador. Los expertos ya daban por descontado que para reflotar la entidad sería necesario que se desprendiera de oficinas, especialmente de las ubicadas fuera de territorio valenciano, y de personal.

Los despidos podrían alcanzar en esta primera etapa a 200 personas

El proceso de subasta del banco, intervenido en noviembre por su falta de solvencia, se inició en la primera mitad del año, pero la coyuntura económica, la intervención de Bankia y la petición por parte del Gobierno del primer rescate, precisamente para sanear el sistema financiero, frustraron la operación.

Los mensajes llegados desde Bruselas de que algunas de las entidades intervenidas en España estaban condenadas a la liquidación, hicieron crecer la inquietud en el Valencia. Las fuentes consultadas aseguran que, mientras se termina de despejar el escenario del conjunto del sistema bancario español y de las exigencias que los prestatarios europeos puedan imponer al Gobierno, los administradores del FROB en la entidad siguen trabajando con el plan de que es posible sanear el banco y venderlo, probablemente a una entidad de envergadura, en el plazo aproximado de 12 meses, manteniendo la marca. Algo similar a lo que ha ocurrido con la CAM tras ser adquirida por el Sabadell.

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El banco indicó que el reajuste se ha realizado “con directivos internos de reconocido prestigio"

El principal argumento para ello, que también ha sido esgrimido por el Gobierno valenciano en los últimos meses, es que resultaría más caro liquidar el banco —con la obligación para el Estado de garantizar los depósitos, al menos, hasta 100.000 euros por cliente— resultaría más gravosa que la de venderlo una vez saneado.

La dirección general del banco, que está en manos del administrador del FROB José Antonio Iturriaga, ha diseñado para ello una estrategia que pasa por que la entidad dé por superada la etapa de embriaguez inmobiliaria y vuelva a sus esencias de banco comercial cercano a la clientela.

Para ello se anunció ayer un cambio de su organigrama en el que la mayoría de nuevos cargos los ocuparán técnicos que ya estaban en la entidad antes de que esta fuera intervenida. “La nueva estructura se caracteriza por la disminución del número de eslabones jerárquicos. Es un organigrama más ejecutivo y más cercano a la gestión, lo que permitirá una mayor rapidez en la toma de decisiones”, afirmó la entidad en un comunicado.

'Banco malo'

El banco indicó igualmente que el reajuste en la estructura se ha realizado “con directivos internos de reconocido prestigio y profesionalidad procedentes del grupo, que también mantendrán sus funciones y compromisos en las empresas participadas”.

La clave a corto plazo es conocer las condiciones en que transmitirá al banco malo sus activos dañados. La entidad espera colocar activos hasta ahora valorados en 6.000 millones de euros y recibir por ellos unos 3.000 millones. El nuevo diseño persigue igualmente “mejorar los procesos de seguimiento de riesgo, agilizando su recuperación y la venta de adjudicados, así como la gestión de los procesos para la segregación de activos tóxicos para que el banco resultante sea una franquicia atractiva”.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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