La Universidad Catalana de Verano lucha por sobrevivir
El encuentro, que se celebra en Prada de Conflent (Francia), ha perdido presupuesto y alumnos
La Universidad Catalana de Verano (UCE, en sus siglas en catalán) ha cerrado este jueves con éxito su 44ª edición pese a las dificultades para organizarla. Lo ha reconocido Jordi Sales, jefe del equipo rector: “Es muy importante que se pueda hacer. Las dificultades eran muy importantes el mes de junio”, ha asegurado. La UCE ha rebajado en dos años el 32% su presupuesto, nutrido de la matrícula de los asistentes (unos 400 euros) y de las subvenciones públicas: de los 550.000 euros de 2010 se han pasado a 370.000 euros, hecho que ha obligado a reducir un día el encuentro. La UCE, antaño cita obligada del catalanismo de la clandestinidad, ha perdido empuje. Y también asistentes: este 2012 ha habido en Prada de Conflent (Francia) 638 alumnos, frente a los 759 de la edición anterior.
“La fórmula Prada funciona”, se ha enorgullecido Sales, quien ha apostado por mantener “con dignidad” la Universidad. Pese a las dificultades, hay UCE para años. “Nuestra voluntad es hacer Prada adelgazándonos tanto como haga falta para hacerla posible”.
La UCE batalla desde los últimos años para atraer a jóvenes, que este año no han respondido al nivel de ediciones anteriores. Los menores de 25 han sido solo el 21% de los presentes en la Universidad. Para lograr cambiar esta dinámica, la Generalitat ampliará la línea de becas para universitarios, que cubren el 50% de la matrícula.
