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Fin de la odisea para 12 de los tripulantes del ‘Istanbul B’

Los marineros llevaban más de dos meses atrapados en el puerto de Tarragona

Los marineros del Istanbul B, antes de abandonar el puerto de Tarragona
Los marineros del Istanbul B, antes de abandonar el puerto de TarragonaJOSEP LLUÍS SELLART

Caras felices en el muelle de Aragó del puerto de Tarragona. Cuando faltaban pocos minutos para las nueve de la noche, la tripulación del Istanbul B tomaba en la cubierta el último café antes de subir a una furgoneta de la Cruz Roja que los llevaría hacia Barcelona para coger, hoy a las seis de la mañana, un vuelo hacia Turquía. Después de más de dos meses encerrados en el puerto de Tarragona, 12 de los 16 marineros han iniciado el viaje de vuelta a su país.

El carguero, con bandera turca, no puede zarpar del puerto mientras su armador no pague la multa de 655.000 euros impuesta por Capitanía Marítima por estar involucrado en el vertido de 400 litros de aceite y fuel mientras cargaba chatarra el pasado 26 de junio. De los 655.000 euros de fianza, 205.000 corresponden a una posible sanción y el resto, al coste de limpieza y descontaminación de la zona afectada. Los barcos de Salvamento Marítimo estuvieron trabajando toda la noche y la mañana del día 27 para limpiar y descontaminar ese área.

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Durante estos dos meses los marineros han malvivido en el buque comiendo gracias al postulado del mar Stella Maris y a Cruz Roja y bebiendo el agua potable que la Autoridad Portuaria les facilitaba. A pesar de que no tenían prohibido salir del buque y de que este está amarrado cerca del barrio del Serrallo, no se han dejado ver. Solo ayer, ya sabiendo la noticia de su repatriación, fueron a visitar Tarragona acompañados de Raimon Mateu, el voluntario de Stella Maris que desde el primer día ha estado al lado de los marineros para agilizar los trámites de su repatriación.

El conflicto se complicó cuando el armador se declaró en suspensión de pagos y dejó sin sueldo a los tripulantes. Este debe ahora la fianza al Ministerio de Hacienda y el salario de tres meses a los marineros del carguero. La tensión en el barco llegó a su apogeo con una pelea entre dos miembros de la tripulación. Después del altercado, en el que tuvo que intervenir también la Guardia Civil, el capitán del buque no dejó subir al barco al instigador de la pelea. Durante estos días se ha alojado en una pensión de Tarragona. Ayer por la tarde, ya sabiendo que les quedaban pocas horas en el puerto, el ambiente estaba calmado.

El carguero no puede zarpar del puerto si el armador no paga 655.000 euros
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Después de las conversaciones entre la Subdelegación del Gobierno en Tarragona y Ayse Sinirlioglu, embajadora de Turquía en España, el Consulado General de Turquía en Barcelona se ha hecho cargo de los costes de la repatriación de estos marineros. El subdelegado del Gobierno en Tarragona, Jordi Sierra, intercedió por los tripulantes para evitar una crisis humanitaria y desde España se ha facilitado el visado de marinero para poder entrar en territorio español y viajar hasta Barcelona.

Después de recoger todas sus pertenencias, de despedirse de los cuatro compañeros que se quedan en Tarragona y de agradecer a Raimon Mateu todas sus atenciones, se fueron en una furgoneta de la Cruz Roja hacia Barcelona. El visado de tránsito facilitado por la Subdelegación del Gobierno en Tarragona les permitía hacer este viaje. Una patrulla del Cuerpo Nacional de Policía acompañó al convoy hasta el aeropuerto de El Prat de Llobregat.

Entre los 14 turcos que ayer dejaron el barco se encuentra también el capitán del buque, Danis Kaftanci. Según ha explicado a este periódico, volver a Turquía puede facilitar las negociaciones con el armador para poder cobrar los meses que hasta hoy se deben a los tripulantes. A juicio de Mateu, la suerte de estos marineros está en que todos eran de la misma nacionalidad y que la repatriación se ha tenido que negociar con una única embajada. Kaftanci, antes de abrazarse con Mateu, dio las gracias a las personas que durante estos dos meses han ayudado a la tripulación en su forzada estancia en Tarragona.

Después de tres meses, la Autoridad Portuaria subastará el barco

En el puerto de Tarragona se han quedado cuatro marineros, los imprescindibles para hacer el mantenimiento y poder mover el barco si es necesario. En el buque hay ahora un oficial de segunda —desde hoy capitán de la embarcación—, un oficial de máquinas, un marinero y un engrasador. Desde la Subdelegación en Tarragona no creen que el armador del buque se haga cargo de la fianza ni tampoco que el conflicto se vaya a resolver pronto. El tiempo corre y si después de tres meses de estar en el puerto no se paga la fianza, la Autoridad Portuaria sacará el barco a subasta. No es complicado que algún otro armador se haga con el pecio, pero si no es así tendrá que ser el propio Puerto de Tarragona el que se haga cargo de desmontarlo. Si el buque se subasta, los marineros que hoy permanecen en Tarragona también serán repatriados a Turquía.

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