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Sevilla dice adiós a un ‘zaha hadid’

Las excavadoras demuelen la biblioteca de la Universidad hispalense para acatar un fallo del TSJA, que confirma la catalogación de zona verde del terreno

Las máquinas excavadoras durante el proceso de demolición de la biblioteca.
Las máquinas excavadoras durante el proceso de demolición de la biblioteca.A. A.-D.

Las excavadoras han comenzado este martes a demoler el edificio que estaba destinado a convertirse en un nuevo hito en Sevilla: la biblioteca de la Universidad hispalense proyectada por Zaha Hadid, miembro del selecto club de los premios Pritzker, el llamado Nobel de la arquitectura. Las máquinas se han afanado en derribar los pilares del edificio ubicado en el Prado de San Sebastián para acatar un fallo de junio del 2009 del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA).

La controversia surgió cuando los vecinos de la calle Diego de Riaño y la Asociación de Vecinos Huerta de la Salud denunciaron la recatalogación de la zona verde donde iba a ser construida la biblioteca. Tras varios años de litigios, el resultado es que la Universidad de Sevilla ha gastado cuatro millones de euros, que ahora se verán reducidos a escombros, y que la ciudad se quedará sin una firma de referencia de la arquitectura internacional.

Con la demolición se pierden los cuatro millones de euros ya invertidos

Zaha Hadid, iraquí con estudio en Londres, fue la ganadora en 2006 del concurso público realizado por la Hispalense para diseñar la nueva biblioteca. El proyecto, según Hadid, pretendía “proporcionar espacios abiertos y ser armónico con el parque”. La biblioteca ocuparía un 8% del total de los jardines.

El parque del Prado de San Sebastián, uno de los pulmones de Sevilla, está protegido por el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de 1987, aunque no por el actual, de 2006, que considera la zona espacio educativo. Según la sentencia emitida por el TSJA, el proyecto debilita los intereses generales de los ciudadanos y favorece los educativos, algo que no puede primar sobre los primeros.

La Universidad presentó varias propuestas al Alto tribunal para que, al menos, permitiesen mantener parte de lo construido, o para dar utilidad al aparcamiento subterráneo que incorporaba el proyecto y que ya se encontraba en una fase de construcción muy avanzada. Pero el TSJA se mostró impasible a sus demandas: el parque debía volver a su estado original.

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El nuevo centro de estudio se construirá en la avenida de Eritaña

El derribo impuesto por la Sección Segunda de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del TSJA y aprobado por la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla está previsto que se complete en dos fases: “La primera contempla la demolición de lo construido sobre y bajo rasante en el Prado [el aparcamiento subterráneo], y está prevista que termine a finales de septiembre”, afirma la Universidad de Sevilla en un comunicado. “La segunda incluye la reposición del mobiliario retirado [fuentes, bancos y elementos ornamentales] y la plantación de árboles y arbustos”.

Finalmente, Sevilla se queda sin lo que estaba llamado a ser un símbolo de la educación en la capital hispalense. Tanto por lo ambicioso del proyecto -el edificio suspendido en el aire contaba con varias plantas-, como por su autora, la prestigiosa Hadid. Los vecinos del entorno del Prado de San Sebastían se han mostrado satisfechos por el inicio de las obras y han valorado como “muy positivo” la reconstrucción de los Jardines del Prado. Igualmente, han lamentado que “nadie haya pedido disculpas o se haya responsabilizado políticamente de la barbaridad que se pretendía hacer”.

Según la Hispalense, la demolición y adecentamiento de la zona estarán finalizadas para la primavera de 2013, con lo que esa parte de los jardines recuperará su estado original, tal y como reclaman los demandantes.

La Universidad no ha querido dar cifras sobre el coste total de la demolición y reconstrucción de la zona y ha declarado que este dependerá de si alguno de los materiales que se van a retirar se pueden “reutilizar o vender”.

Tras el revés judicial, la Universidad pública decidió, finalmente, que la obra de la biblioteca central se iba a realizar en la avenida de Eritaña, cerca de los pabellones de Brasil y México. La Hispalense prevé que el coste final sea mucho menor que lo invertido hasta el momento del fallo del TSJA en el proyecto del Prado de San Sebastián, cuatro millones de euros.

En esta ocasión el pulso lo ha ganado una buena parte de la sociedad sevillana, poco amiga de cualquier cambio que altere su estética barroca, como demuestran las críticas a la Exposición Universal de 1992 y las que recibe actualmente la Torre Pelli.

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