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El barrio de Gràcia decora sus calles con mundos de ensueño

El pregonero Esteve Camps reivindica la celebración en plena recesión

Camilo S. Baquero
El pregonero de las fiestas, Esteve Camps (ante el micro), junto al presidente de la Fundació Festa Major de Gràcia, Ricard Estruch
El pregonero de las fiestas, Esteve Camps (ante el micro), junto al presidente de la Fundació Festa Major de Gràcia, Ricard EstruchMARCEL·LÍ SÀENZ

El distrito barcelonés de Gràcia exhibe desde este miércoles el decorado de 18 de sus calles, el principal reclamo de su fiesta mayor, que durará una semana. El pistoletazo de salida lo dio ayer el pregón de Esteve Camps, en el que hizo un llamamiento al disfrute de la celebración a pesar de la crisis. Al cierre de esta edición, las calles ultimaban sus trabajos manuales. Tras un poco de pintura, la figura que los jóvenes de la fotografía cargan con la que se convertirá en la princesa Leia, la heroína de La guerra de la galaxias, motivo elegido por los vecinos de la calle del Progrés. El Ayuntamiento de Barcelona puso en marcha un dispositivo especial con seis patrullas conjuntas de los mossos y los agentes de la Guardia Urbana para controlar los robos y la venta ambulante de cerveza.

“Que Santa Maria de Gràcia nos ayude a no desfallecer y a que no se nos borre la sonrisa de la cara”. Suena a sermón de misa dominical, pero es el remate que Esteve Camps, presidente delegado de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, escogió ayer para rematar el pregón que dio el pistoletazo de salida a las fiestas más populares del verano barcelonés. Los festejos se extenderán hasta el próximo martes y desde esta mañana se puede disfrutar de las decoraciones de 18 calles y de múltiples conciertos y actividades nocturnas.

El guiño a “nuestra patrona”, como la llamó Camps, fue la guinda de una intervención en la que recordó sus vivencias en las fiestas. Aunque desconocido para muchos graciencs, el pregonero ha sido jurado en el concurso de decorados y formó parte del Centro Moral Instructivo y la Colla de Sant Medir. Camps pidió “no dejarse deprimir por las circunstancias y catastrofismos que intentan de todas formas amargar el presente” y disfrutar de las fiestas.

El público asistente a la plaza de la Vila, unas 500 personas, guardó silencio durante la intervención de Camps, que provocó más de un bostezo en algún momento. Antes, la audiencia fue menos benévola con la concejal Elsa Blasco (ICV-EUiA), presidenta del distrito, y la edil de Gràcia y alcaldesa accidental de Barcelona, Maite Fandos (CiU), que fueron recibidas con silbidos y consignas de dimisión por parte de los asistentes. Fandos casi tuvo que gritar para pedir civismo y respeto a los decorados.

Muchos de los asistentes se preguntaron dónde estaba el alcalde, Xavier Trias. Esta no es la primera fiesta bajo la etapa de CiU en el Ayuntamiento, pero sí es la primera que organiza su equipo. “El tío este va a un pueblo de Mallorca a ser pregonero pero no viene aquí. Es impresentable”, comentó uno de los vecinos que ponían a punto la decoración de la plaza, inspirada en el circo. Los más que previsibles silbidos pueden ser parte de la explicación, aunque desde el Consistorio explican que el jueves se realizará la tradicional visita.

En el palco de la sede de distrito también estaban el consejero de Cultura, Ferran Mascarell; Ricard Estruch, presidente de la Fundació Festa Major de Gràcia; el concejal socialista Guillem Espriu, y los populares Alberto Fernández Díaz y Ángeles Esteller. Antes de que comenzara la fiesta, en el balcón de al lado, se pronunció el tradicional pregón alternativo. En él se pidió terminar con la “doble red” de sanidad y educación públicas y privadas. Este año, además, varios empleados de Telefónica aprovecharon para protestar contra los despidos y la renovación del contrato de trabajo del duque de Palma, Iñaki Urdangarin. El espíritu de los actos reivindicativos estuvo plasmado es una gran pancarta que decía: “¡Rescate! Recortes, capitalismo. Gràcia: popular, libre y combativa”.

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Además de las congestiones para ver los decorados, se sumó otra cola. La que se hacía para comprar el programa de la fiesta, que este año vale un euro.

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Sobre la firma

Camilo S. Baquero
Reportero de la sección de Nacional, con la política catalana en el punto de mira. Antes de aterrizar en Barcelona había trabajado en diario El Tiempo (Bogotá). Estudió Comunicación Social - Periodismo en la Universidad de Antioquia y es exalumno de la Escuela UAM-EL PAÍS.

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