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López pretende minimizar el riesgo de que Álava lastre el resultado global

El temor a pinchar en ese territorio afianza que el ‘lehendakari’ abra la lista

El 'lehendakari' López, entre sus compañeros Txarli Prieto (a la izquierda) y Patxi Lazcoz, en el mitin con el que los socialistas cerraron en Vitoria la camapaña de las elecciones municipales y forales del pasado año.
El 'lehendakari' López, entre sus compañeros Txarli Prieto (a la izquierda) y Patxi Lazcoz, en el mitin con el que los socialistas cerraron en Vitoria la camapaña de las elecciones municipales y forales del pasado año.L. RICO

Al igual que la fecha de las próximas elecciones autonómicas, se hará oficial “cuando toque”, pero nadie pone en duda, entre las opiniones pulsadas dentro del PSE y del Gobierno, que Álava va a ser la circunscripción cuya candidatura encabece esta vez el lehendakari y secretario general de los socialistas vascos, Patxi López. En el momento en que anuncie la disolución del Parlamento su nombre deberá ser propuesto por las asambleas locales del territorio, como exigen los estatutos.

No es que el PSE o el candidato crean que Álava es terreno conquistado, ni siquiera que le vaya resultar más cómodo que Bizkaia, por donde siempre ha concurrido. Las encuestas lo sitúan en el tercer o el cuarto puesto. Si puede haber una parte de verdad en el interés por evitar el enfrentamiento con Iñigo Urkullu en Bizkaia, otras razones pesan más en la intención socialista, y la principal es el temor a un pinchazo en ese territorio que lastre de modo determinante el resultado global.

El PSE no se lo puede permitir, porque el total de escaños que obtenga en Euskadi puede verse fuertemente influido por su posición en la provincia menos nacionalista. En él piensa dar la batalla de manera rotunda y con todos los refuerzos que pueda poner en juego.

Ello pasa por cambiar la cabecera de la lista, que ocupó en 2009, como en las convocatorias forales, el secretario general alavés, Txarli Prieto. Su resultado ha sido siempre adverso, bien en votos, como en las forales de 2011, bien en términos de ocupación de instancias de poder por el fracaso de los pactos que ha intentado, como le ocurrió en 2007 con la Diputación alavesa, que acabó en manos del tercer partido en las urnas, el PNV.

La gestión de Prieto ha terminado por encontrar una oposición no desdeñable en sectores del partido, tanto vinculados al mundo sindical como a los militantes más jóvenes, que ven allí más urgente la renovación que prescribió el lehendakari en su discurso ante el Comité Nacional tras el batacazo generalizado de las pasadas municipales y forales. Los indicadores de peligro son claros: el PSE es el primer partido que pierde la alcaldía de Vitoria tras ocuparla un solo mandato, con Patxi Lazcoz al frente entre 2007 y 2011.

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El castigo en las urnas en 2011 explica la preocupación de los socialistas

Un análisis de los resultados electorales del PSE en Álava en 2011 explica la profundidad de la preocupación. La media de su descenso en Euskadi fue del 26% y del 19% en el conjunto de España, pero en esa provincia, que siempre mantiene un comportamiento más cercano al español que a los de Bizkaia y Gipuzkoa, el apoyo en las forales cayó más del 37%. Todavía lo hizo más en la circunscripción (cuadrilla) que encabezaba Prieto, donde perdió cerca del 40%. Solo Canarias, con un 41%, castigó porcentualmente más a los socialistas en toda España.

En la comparación del voto municipal, la pérdida en Vitoria de casi el 39% del voto superó claramente la media de otras capitales españolas.

Las cifras resultan elocuentes a la hora de explicar por sí mismas las razones por las que Patxi López va a poner todo su capital personal y el peso que su cargo haya podido conferir a su figura en el intento de dar la vuelta a esos resultados o, al menos, levantarlos en parte y minimizar el riesgo de que terminen lastrando el cómputo global de escaños.

López tendrá enfrente a dos candidatos potentes y ante los que no tiene nada ganado: el secretario general del PP, Iñaki Oyarzábal, y el ex diputado general de Álava y presidente de la ejecutiva provincial del PNV, Xabier Agirre. Este último le disputará la primacía con la llamada al voto útil nacionalista frente a la izquierda abertzale. El popular, lastrado por las medidas económicas del Gobierno de Mariano Rajoy, le opondrá una posición muy alavesista, y a la vez centrada, que puede argumentar incluso en el apoyo prestado a López por el PP. Oyarzábal contará además con el refuerzo que supone que su partido gobierne en el territorio y en Vitoria.

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