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El turismo cae en Cazorla por la crisis y el exceso de oferta

La ocupación en julio fue del 20% y las reservas de agosto no llegan al 30%

Ginés Donaire
Senderistas en el parque de Cazorla, Segura y Las Villas.
Senderistas en el parque de Cazorla, Segura y Las Villas.

Ni los peores augurios podían hacer prever un verano tan negativo para el turismo en el parque natural de Cazorla, Segura y Las Villas (Jaén), el más grande del país y uno de los referentes del turismo de naturaleza en Andalucía. Los hosteleros de la zona han cifrado en apenas un 20% la ocupación en el mes de julio, mientras que agosto también da señales de alarma ya que las reservas no superan el 30%. Más allá de los factores derivados de la crisis económica general, que han hundido el mercado interior, el mayor espacio protegido de la comunidad sufre las consecuencias de un crecimiento desordenado de la oferta, muy por encima de la demanda.

"Va a ser un desastre total", asegura José Ayala, presidente de la Asociación de Alojamientos de Jaén, que lamenta el descenso del 25% en la ocupación con respecto a julio del año pasado. Y para agosto, las reservas son un 10% inferiores. A su juicio, "el miedo de la gente por la crisis que estamos viviendo" motiva este descenso, que se da, en términos generales, en todos los destinos de turismo rural. Pero en Cazorla, dice Ayala, se dan otros agravantes. Como el parón de muchos proyectos anunciados en su día por la Administración, como el embarcadero en el pantano de El Tranco, el campo de golf o el parque de ocio.

No obstante, los empresarios hacen autocrítica y reconocen la atomización de la oferta hotelera. En la actualidad, las 8.000 plazas de alojamiento casi triplican la demanda existente. "Ha habido muchos constructores que se metieron a hosteleros rompiendo así el equilibrio entre oferta y demanda", asegura José Manuel Ledesma, vicepresidente de la CEA y dueño de varios establecimientos en el parque natural cazorleño.

El propio Observatorio Turístico de Jaén admite en el informe realizado por Eseca la "sobreoferta" en Cazorla, Segura y Las Villas, e insta a las administraciones a controlar su crecimiento y a penalizar la ilegalidad. Precisamente, el crecimiento del intrusismo es una de las quejas de los empresarios del parque. "Hay una clara competencia desleal de gente que alquila pisos sin ninguna tributación", expone José Ayala.

Para intentar salir de este túnel, la Junta aprobó en el verano de 2009 un plan de choque para impulsar el turismo en los 26 municipios del parque natural. El plan prevería una inversión de 35 millones en ayudas para la renovación de la planta hotelera y una ambiciosa campaña de marketing. "Teníamos que reaccionar para que este parque siga siendo un emblema del turismo de naturaleza", justificó el entonces consejero de Turismo, Luciano Alonso. Pero los hosteleros se quejan de que la mayor parte de esa inversión está aún pendiente. "Falta una verdadera política de comercialización de los productos turísticos", indica José Manuel Ledesma, que desde su puesto en la CEA va a demandar un pacto entre la patronal turística y la Administración para apoyar al turismo de interior y de naturaleza.

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