_
_
_
_
_
días de diversión

“El mejor invento vitoriano del siglo”

Los Celedones de Oro celebran el 50º aniversario de la entidad leyendo el pregón de La Blanca El texto ensalzó el símbolo de las fiestas y rincones de la ciudad

Javier Camero (sentado en el centro), en un momento del pregón de las fiestas de La Blanca.
Javier Camero (sentado en el centro), en un momento del pregón de las fiestas de La Blanca.L. RICO

El primer año en que Celedón bajó a Vitoria desde el campanario de la torre de San Miguel, el cable se rompió y el muñeco de trapo acabó en el suelo a escasos metros de la hornacina de la patrona de la ciudad, la Virgen Blanca, que preside la plaza homónima, el corazón de Vitoria. Fue el primer intento, el de 1957, de una arraigada tradición que los vitorianos disfrutan gracias a lo que ayer, en plena euforia prefestiva, fue ensalzado como “el mejor invento vitoriano del siglo XX”.

Las palabras corresponden a Javier Camero, responsable de la entidad Celedones de Oro, quien año tras año premia a quienes hayan contribuido a la mejora de la ciudad y que este año, con motivo de su 50º aniversario, fue la encargada de leer el pregón de La Blanca.

La limpieza

  • El Ayuntamiento de Vitoria ha ampliado el dispositivo de limpieza de las fiestas de La Blanca, con un total de 723 horas de refuerzo, cifra que supera las 699 horas que los operarios trabajaron en 2011, un 3,4% más que el año pasado.
  • La concejal de Espacio Público, Leticia Comerón, aseguró ayer al presentar el dispositivo que "la limpieza preventiva es fundamental para que los servicios de limpieza no encuentren problemas añadidos para realizar su labor durante las fiestas".
  • Como en los últimos 15 años, la recogida de vidrio del 4 de agosto, arranque festivo, contará con la participación de 12 voluntarios del Instituto Jesús Obrero, que ayudarán a los operarios de FCC a recoger y reciclar el vidrio que se deposita en la plaza de la Virgen Blanca.

También es la responsable de desenmascarar lo que algunos vitorianos desde pequeños creen a pies juntillas: la historia de Celedón, el campesino de Zalduondo Celedonio Anzola, que año tras año viajaba a Vitoria a disfrutar de sus fiestas. Pues nada de eso, atajó Camero. Aquel hombre no pudo saltar y bailar con los blusas porque “no existían” cuando él vivió y tampoco pudo disfrutar de las fiestas en honor a la virgen porque comenzaron en 1884 y Anzola murió en 1866, según precisó,

Jarro de agua fría y aclaración: Celedón fue un personaje dibujado por el pintor Obdulio López de Uralde en 1923, un aldeano que descendía con un paraguas a modo de paracaídas con el lema “Celedón llega a Vitoria, procedente de la gloria”. La ilustración se publicó en una revista con el mismo nombre que ahora tiene el símbolo de las fiestas, según José Mari Sedano, uno de los creadores de esta figura y uno de los Celedones de Oro que participó en el pregón —el único ganador de dos galardones que vive actualmente—, junto con Camero, el celedón Iñaki Landa y la locutora de radio Angelines Cobas. Sedano explicó que él y un compañero conocían la ilustración y quisieron hacerla realidad. Durante tres años, con la ayuda de otros siete vitorianos, realizaron gestiones hasta lograr su objetivo.

Todos los vitorianos han recibido este año el premio celedones de oro
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

En definitiva, Celedón no es más que “un mito, un símbolo exclusivo” de la ciudad. Pero un elemento de unión, al fin y al cabo, de los ciudadanos junto con otros tres: “La Virgen Blanca, el Alavés y el Baskonia y, este año, también el orgullo de ser Green Capital europea”.

El pregón tuvo, acompañado de paréntesis musicales, mucho de loas a la ciudad y de vitorianismo en estado puro, pero también del punto reivindicativo y del detalle que muestra cierto hartazgo: “Debemos mirar siempre a lo que nos une y, en sintonía, con este pensamiento nuestros políticos deben hacer lo propio, pensando más en crear ciudad y menos en sus votos”, apuntó Camero. Fue una clara referencia a los grupos políticos municipales y a los sonrojos y enojos que han propiciado entre la ciudadanía con polémicas como la de la estación de autobuses, sus infinitas ubicaciones y el amago de referéndum para determinar la definitiva.

Dejando de lado este pequeño pescozón a la clase política, también hubo tiempo para halagos a otra parte de ella, como el exalcalde José Ángel Cuerda, uno de los 68 personajes o colectivos que hasta ahora han recibido el galardón que la institución Celedones de Oro concede cada año a quienes trabajan por la ciudad. Personajes que van desde los ruedos, como El Cordobés, hasta los despachos del Ayuntamiento de la ciudad, como el propio Cuerda, pasando por los pucheros de reposteros como Sosoaga o cocineros como Anemias, así como los propios celedones, entre ellos Landa, que cruzó durante 21 años seguidos la plaza de la Virgen Blanca el 4 de agosto, o sus dos predecesores: José Luis Isasi y Enrique Orive. La entidad ha celebrado este año su medio siglo de vida nombrando Celedón de Oro del año a todos los ciudadanos de Vitoria sin excepción, lo que sin duda engorda considerablemente el listado de personas galardonadas por su contribución a la capital vasca.

El pregón finalizó recordando uno tras otro, con mimo, todos y cada uno de los rincones representativos de la ciudad. “Tiene Vitoria mil bellezas que admirar: plazas, jardines y paseos, orgullo de la ciudad”, dijo Camero citando al bardo vitoriano —y, cómo no, Celedón de Oro— Alfredo Donnay. “¡Disfrutad, gasteiztarras, de las fiestas! ¡Gozad babazorros, de la alegría!”, culminó la lectura. Dicho y hecho.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_