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La Generalitat rebaja alquileres y saca al mercado 3.056 pisos protegidos vacíos

El Ejecutivo rebaja el 70% de las viviendas para que su precio sea el 40% inferior al de mercado Territorio negocia con la banca gestionar los pisos que tiene desocupados

Lluís Pellicer

El Gobierno catalán ha sacado al mercado en el último año el 90% de las 3.264 viviendas protegidas vacías que tenía en sus manos. Para ello, el Departamento de Territorio y Sostenibilidad ha agilizado las adjudicaciones de pisos, ha modificado el régimen de las viviendas de compra a alquiler y ha rebajado el precio del 69,3% de esas casas un 25%, según explicó ayer el consejero Lluís Recoder, quien hizo balance del plan de choque que puso en marcha en septiembre del año pasado. “Muchos pisos que quedaban vacíos pasaban por procesos de adjudicación larguísimos, de hasta cinco años. Eso no tiene nombre”, afirmó Recoder.

Desde el comienzo de la crisis, los precios de la vivienda protegida y los de la de mercado libre se han ido igualando a causa del desplome del sector inmobiliario y, además, el poder adquisitivo de los ciudadanos ha caído por el aumento del paro y los recortes salariales. Por ello, el Ejecutivo catalán decidió rebajar precios del parque de viviendas para que estas fueran un 40% más baratas que las de mercado. Ese recorte de rentas se ha extendido a otros 2.082 inquilinos de la Administración.

De compra a alquiler

 Además, los posibles compradores han visto mermadas sus posibilidades de acceder al crédito, entre otras cosas tras la eliminación de la ayuda para la entrada de los pisos que daba el Ministerio de Fomento, por lo que la Generalitat ha mantenido solo 103 de las 3.264 viviendas en régimen de compraventa. El resto será de alquiler o de alquiler con opción a compra.

De las 3.264 viviendas, el 5% quedarán sin usar para atender casos de emergencia. Aun así, los procesos de adjudicación han señalado dos tendencias. La primera, que en algunas zonas hay una demanda muy superior a la oferta. Es el caso de Lleida (513 solicitudes para 76 viviendas), Tarragona (510 para 68), Figueres (423 para 72) y Vilafranca del Penedès (408 para 28). La segunda tendencia es justamente la contraria a la anterior: hay zonas donde la oferta es muy superior a la demanda, como en Calaf y Gandesa.

Ese desajuste ha permitido, según el secretario de Vivienda, Carles Sala, ofrecer una vivienda en casos de desahucios. El secretario de Vivienda también explicó que la Generalitat está negociando con los bancos poder gestionar paquetes de pisos que estos han ido acumulando a causa de adjudicaciones o bien daciones en pago de promotores inmobiliarios.

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Sobre la firma

Lluís Pellicer
Es jefe de sección de Nacional de EL PAÍS. Antes fue jefe de Economía, corresponsal en Bruselas y redactor en Barcelona. Ha cubierto la crisis inmobiliaria de 2008, las reuniones del BCE y las cumbres del FMI. Licenciado en Periodismo por la Universitat Autònoma de Barcelona, ha cursado el programa de desarrollo directivo de IESE.

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