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La gran fiesta para todo

Cádiz reúne en su puerto barcos, conciertos, caballos y reivindicaciones

Un aspecto de la gran regata de Cádiz.
Un aspecto de la gran regata de Cádiz.ROMÁN RÍOS (EFE)

Son 90.000 metros cuadrados pero el recinto portuario donde se extiende la gran regata de Cádiz parece infinito. Aunque sea porque parece que cabe todo. El mar debe ser el límite pero apenas se ve por el más de medio centenar de veleros y otros barcos que se agolpan en el cantil de los muelles. Es difícil ver el agua y la marea es humana. Miles de personas van hacia un lado. Otras miles van hacia el otro. Y miles más están quietas guardando cola. Es una fiesta saturada de reclamos. Música en el escenario, caballos que bailan en un albero, atracciones de feria a toda velocidad. Es un mundo dentro una ciudad cargada de problemas. Al otro lado de la verja del muelle, cientos de toneladas de basura se acumulan en las calles por una huelga. Pero la gran regata está limpia, aunque huela mal fuera.

Cádiz carece de las ferias que otras ciudades andaluzas lucen anualmente. Así que cuando su puerto se llena de barcos para la gran regata, los gaditanos y vecinos más cercanos suelen volcarse con esta cita con un orgullo patrio. Al puerto gaditano han llegado 48 veleros de 20 países diferentes en una exhibición náutica organizada periódicamente por la Sail Training International. Es la cuarta que recala en Cádiz tras las citas de 1992, 2000 y 2006. La de este año es especial porque coincide con el Bicentenario de la Constitución de 1812. Y, a pesar de la crisis, no han faltado los barcos más aclamados, como el español Juan Sebastián Elcano o el italiano Amerigo Vespucci. 2.500 tripulantes son aclamados estos días por los contornos del puerto.

Subir a bordo de alguno de estos barcos es lo más deseado estos días. Para ello hay varias fórmulas. La más fácil y barata, aunque la menos agradable, es hacer cola en el muelle para aguardar el turno. También los buques organizan fiestas privadas a bordo y existe la posibilidad de alquilar durante algunas horas la cubierta para organizar algún evento. Los privilegiados asisten a actos protocolarios. En el puerto no cesan las actividades. Este año hay más espacio porque la regata se reparte en tres muelles. Aun así, hay poco lugares libres.

La Junta se ha negado a decretar alerta sanitaria por la huelga de basuras

El tráfico es un caos. A pesar de que el Ayuntamiento ha dispuesto un aparcamiento disuasorio a los astilleros, las avenidas que dan acceso al puerto se colapsan en las horas punta. El tren y el catamarán, que han reforzado sus servicios, son las mejores maneras de llegar, aunque también aquí hay colas y masificaciones. Sobre todo cuando se acercan las horas de los conciertos. Este sábado se ha reservado para el veterano Rubén Blades.

Y mientras la regata baila, los hosteleros de todo Cádiz hacen un negocio enorme. Apenas se encuentran mesas libres por el entorno del puerto. De ahí que eventos como este sean tan celebrados. Y de ahí que la huelga de basuras convocada justo estos días por los trabajadores de la limpieza para reclamar una subida salarial haya dolido tanto. El presidente de la patronal hostelera, Antonio de María, ha llegado a reclamar un cambio legislativo que impida paros de este tipo durante eventos de enorme trascendencia económica.

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Aunque empresa y sindicatos siguen enfrentados, los dos han hecho ofertas para acercar sus posturas. El Ayuntamiento se niega a mediar y se ha puesto del lado de la concesionaria. “El daño ya está hecho. Apelo a la solidaridad de los trabajadores para que dejen de perjudicar esta ciudad”, ha dicho la alcaldesa, Teófila Martínez. Ella ha sido la encargada de divulgar estos días los sueldos de los operarios de la limpieza para dejar claro que su reclamación salarial no tiene sentido. Ha pedido la alerta sanitaria para incrementar los servicios mínimos pero la Junta no la ha decretado. Esos pocos camiones y barrenderos que funcionan se centran en que el entorno del puerto esté lo menos sucio posible, aunque no dan abasto. En otros barrios hay ya tanta basura que algunos comerciantes han optado por pagar a particulares para que se lleven sus bolsas a la planta de transferencia y algunos vecinos han cogido la fregona y se han puesto a limpiar ellos sus calles. Otra imagen fotografiable fuera de la verja del muelle. Los barcos se marchan este domingo. Lo harán tras una parada naval a las tres de la tarde.

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