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Impulsando sueños a través del arte

Una muestra artística potencia el trabajo realizado por grupos en situación de exclusión social

Imagen del huerto organizado por TriniJove que complementa la tarea artística de estos grupos en exclusión social
Imagen del huerto organizado por TriniJove que complementa la tarea artística de estos grupos en exclusión socialTRINIJOVE

“Que no le roben las ilusiones a la gente y ninguna crisis acabe con la alegría”. Éste fue uno de los sueños que sembraron los visitantes de la quinta muestra artística organizada por el Centro de Arte Social Comunitario de Trinitat Vella, mientras plantaban semillas en un acto simbólico. Un sueño que también comparte la fundación Trinijove, gestora de la muestra y que, con el apoyo del Ayuntamiento de Barcelona y del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, lleva tres años organizando talleres de arte para grupos en riesgo de exclusión social.

De lunes a viernes, durante todo el año, los 26 participantes del proyecto encuentran en el arte un apoyo y una forma de terapia para afrontar sus problemas, que van desde la drogodependencia al desempleo y la falta de oportunidades. Entre textiles con diseños, dibujos animados, muestras de teatro y cortometrajes creativos, los participantes del programa mostraron con orgullo los resultados de meses de trabajo.

Pero no todo es tan sencillo: “En las exposiciones que organizamos cada seis meses todos están muy contentos y se sienten satisfechos, pero el trabajo del día a día es muy duro”, asegura Yolanda Burgueño, directora técnica de la fundación. Explica que los talleres se ofrecen a dos colectivos sociales diferentes: un grupo de personas con problemas de drogadicción o enfermedades mentales que asiste en horario matutino y otro de personas, en su mayoría desempleadas, que se encuentran en riesgo de exclusión social, con horario vespertino.

Como incentivo y apoyo adicional, el proyecto les ofrece a los participantes una bonificación de cinco euros por sesión, con un total de 25 euros por semana. “La idea es ayudarles a crear una rutina, a sentirse productivos y la ayuda del dinero hace que se asemeje un poco a un trabajo. Eso sí, el que no asiste, no cobra”, cuenta María Luisa Arquero, técnica de la organización. El trabajo de arte-terapia también sirve como medio para aprender a comunicarse y relajarse. María Luisa aclara: “No se trata de sustituir un tratamiento psicológico, se trata de complementarlo.”

La Casa de las Aguas, un edificio restaurado en la calle Pare Pérez del Pulgar, es la sede del Centro Artístico. Su jardín exterior exhibe manzanas, peras, tomates, coles, petunias. Es el resultado del taller de huerta, en el que a través de la paciencia y constancia, los participantes siembran todo tipo de plantas.

El efecto de la terapia varía dependiendo de las necesidades o sentimientos de los asistentes. Algunos no dejan de ser drogodependientes una vez finalizado el taller, otros no pueden solucionar su situación de desempleo. Pero el objetivo principal, más allá de encontrar una salida a sus problemas, consiste en ayudar a que el camino sea más ameno.

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