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16.000 fieles corean en Nigrán los himnos del ‘indie’ español

Vetusta Morla e Iván Ferreiro convierten el festival portAmérica en un gigantesco karaoke

Algo más de 16.000 personas se pasaron por el festival portAmérica, en Nigrán, desde el jueves hasta la madrugada del domingo para corear los himnos masivos del indie español. Artistas en esa tierra de nadie entre lo underground y el mainstream como Vetusta Morla, Love of Lesbian e Iván Ferreiro validaron la arriesgada apuesta de la promotora Esmerarte, sin ayudas públicas ni patrocinios privados.

El proyecto pretende convertirse en paraguas para la innovación y puente con el otro lado del Atlántico. El primer día, Iván Ferreiro, que jugaba en casa, desplegó un repertorio coreado casi sin interrupción. Su banda bien engrasada y cuenta con el arsenal de recursos de su guitarrista Emilio Sáiz. Hacia el final encadenó éxitos con Piratas, celebradísimos. Cerró su canción bandera desde que está en solitario, Turnedo en la que le acompañó su predecesor, Xoel López.

El coruñés, sin la careta de Deluxe, presentó el disco fruto de sus viajes por América, Atlántico. La propuesta, que incorpora influencias latinas, no acabó de cuajar. Se echó en falta su potente banda de antaño y tal vez un auditorio más íntimo. Con todo, el público respondió bien. Antes, habían abierto fuego (casi literal) Srasrsra con su punk dadá y el interesante experimento de La Orquesta Metamovida. Bajaron la persiana Colectivo Oruga, electro-punk de sonido cristalino y poderoso.

La promotora Esmerarte organizó el festival sin subvenciones ni patrocinios privados

Love of Lesbian protagonizaron el segundo día. Aún sin mostrar su lado más bufonesco, su frontman, Santi Balmes tuvo al público entregado. Ejecutados con solvencia, sonaron Club de fans de John Boy o una intensa 1999, en la que compareció de nuevo Ferreiro. En el último trecho Balmes no pudo reprimir su cara más histriónica, para entusiasmo de los asistentes. Julieta Venegas pasó sin pena ni gloria. Eladio y los Seres Queridos sorprendió con la épica de la orquesta de saxos de Redondela.

La última jornada fue la más concurrida, por el tirón de Vetusta Morla. Los madrileños han sabido ocupar un espacio vacío en la escena. El recinto fue un enorme karaoke, con los temas de su debut, Un día en el mundo. La interpretación fue intachable, pero faltó algo de alma.

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Les habían dejado al público en ebullición Los Corizonas y su lección magistral de rock, incluido un boogie dedicado a la clase dirigente al grito de “que se jodan ellos”. Agotaron el cartel Fuel Fandango con su portentosa mezcla de funk, rock y electrónica.

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