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Francesc Torres, en Venecia

El artista visual representará a Cataluña en la Bienal con una obra sobre el paro

MARCEL·LÍ SÀENZ

Un proyecto sobre la realidad del paro, fruto de una idea del artista visual Francesc Torres, desarrollada por el comisario independiente Jordi Balló, en el cual participa también la cineasta Mercedes Álvarez, representará a Cataluña y las Baleares en la 55ª Bienal de Arte de Venecia, que se celebrará entre junio y noviembre de 2013. La propuesta fue elegida entre las 26 candidaturas (reducidas a cinco finalistas) que participaron en la convocatoria del Institut Ramon Llull (IRL). El proyecto, titulado 25%, se plasmará a partir del diálogo entre Torres y Álvarez, y de la convivencia entre estos y 10 desempleados, representantes de un espectro social lo más amplio posible.

“Será un proyecto único, sin costuras. Los dos artistas trabajarán juntos para construir una narración visual común y los parados serán los protagonistas, sujetos y no objetos, de una obra que demuestra la voluntad de no conformarse, porque busca no solo visibilizar una situación, sino también modificar su percepción”, indicó Balló, que fue jefe de exposiciones del CCCB, durante más de una década, hasta el pasado enero. Torres añadió que “25% intentará buscar la porosidad entre el mundo del arte y el del desempleo, ya que la invisibilidad y la endogamia afectan, cada uno a su manera, a los dos”.

Parece que ya no son tiempos de apuestas para talentos emergentes. Y aunque Vicenç Villatoro, director del IRL, destacó la indudable transparencia del proceso y “la voluntad de no dirigismo”, la elección del jurado presidido por Bartomeu Marí, director del Macba, ya venía condicionada por unas bases que pedían artistas de reconocida y consolidada trayectoria internacional. Un requisito del que Torres, artista que desarrolló buena parte de su exitosa carrera en el extranjero, va sobrado.

El jurado, formado por Glòria Picazo y Marta Gili, directoras de La Panera de Lleida y el Jeu de Paume de París, respectivamente; Gerard Vilar, catedrático de Estética; Xavier Antich, presidente del Patronato de la Fundación Tàpies; Piedad Solans, crítica de arte, y Àlex Susanna, director adjunto del IRL, destacó “el potencial del proyecto para poner de manifiesto la contribución del debate artístico a la actual situación de crisis sistémica y su idoneidad para representar el arte contemporáneo catalán y balear en el contexto internacional”. Y aunque, según Susanna, “plantea un diálogo estético y social especialmente oportuno”, es fácil presagiar que habrá quien lo tache de oportunista.

Tras recordar que es la tercera vez que Cataluña participa con su pabellón en la Bienal de Arte, Villatoro subrayó “la importancia de una presencia continuada, aun en el marco de austeridad”. El presupuesto dedicado al pabellón, que empezó su andadura en 2009 con la fabulosa cifra de más de un millón de euros, a pesar de la crisis se mantiene en 520.000 euros. Cataluña, que en agosto participará por primera vez en la Bienal de Arquitectura, ha conseguido una sede inmejorable, un almacén naval de unos 400 metros entre el Arsenale y los Giardini, los dos centros neurálgicos del evento, que conservará también para la Bienal de Arte.

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