_
_
_
_
_

Los enfrentamientos entre policía y ‘manteros’ encienden la Costa Dorada

Una operación en Salou acaba con 19 detenidos y gritos de “racistas” a los Mossos Los vendedores atacaron a los agentes tras pasar horas refugiados en el agua

"Manteros" que venden en la zona de Salou protestan contra la actuación policial del pasado viernes
"Manteros" que venden en la zona de Salou protestan contra la actuación policial del pasado viernesJOSEP LLUÍS SELLART

La frágil tregua entre manteros y agentes de policía con la que había empezado la temporada estival en la Costa Dorada se ha truncado. El viernes, medio centenar de vendedores ilegales, en su mayoría senegaleses en situación irregular, se arremolinaron desde las diez de la mañana en los alrededores de la estación de tren de Salou (Tarragonès) junto a otros compañeros residentes en la zona para protestar contra la que dicen “es la ciudad más racista de España” por culpa de “los Mossos d’Esquadra”.

Lemas con alusiones como esta estaban escritos en pancartas improvisadas con trozos de cartones gravados en castellano, catalán, francés, inglés o ruso. Cerca del mediodía, varios agentes de policía se acercaron para contactar con los manifestantes y se produjeron algunos forcejeos. “Nos tratan como animales, somos morenos pero no perros”, afirmó un mantero, con el brazo lesionado, sin querer dar su identidad por “miedo” a represalias.

Los ánimos en los dos bandos están encendidos tras los incidentes ocurridos en la última semana, el más grave del último año registrado hace tres días. Los manteros protestaron por la batalla desatada la madrugada del viernes, cuando un operativo policial en Cambrils y Salou se saldó con 19 vendedores ilegales detenidos. Según los Mossos, un total de 45 agentes junto a efectivos de la policía local de Cambrils estaban desplegados en la zona del Cap Sant Pere y sobre las 10 de la noche detectaron una gran afluencia de manteros, unos 120, que estaban vendiendo productos falsificados.

Los agentes se dirigieron hacia el lugar para identificarlos y corroborar si los productos que vendían eran irregulares. Fue entonces cuando los manteros recogieron sus pertenencias y huyeron hacia la arena de la playa, como suelen hacer habitualmente cuando la policía los acorrala. Al ver que los agentes los seguían, para no ser atrapados, se zambulleron en el agua y avanzaron en dirección Salou. A partir de aquí las versiones de la policía y los vendedores son diametralmente opuestas. Según explican fuentes de los Mossos, al ver que no desistían de la idea de quedarse en el agua, fueron hablar con ellos para que volviesen a la arena. Al mismo tiempo, con tal de prevenir algún caso de hipotermia, diversas dotaciones del Servicio de Emergencias Médicas se desplazaron a la zona. “Los manteros avisaron a otro grupo de vendedores, que acudieron para ayudarles a enfrentarse con la policía. Desmontaron los tendales de la playa para coger los palos de hierro y agredir a los agentes”, sostienen los Mossos d’Esquadra.

El Departamento de Interior hace este balance: seis agentes heridos de diversa consideración “como consecuencia de las agresiones de los manteros”, 19 vendedores detenidos y 599 productos confiscados. Los senegaleses, en cambio, denuncian brutalidad policial y el hecho de haber estado 4 horas en el agua con las mantas llenas de productos flotando a su alrededor ante la atónita mirada de varios transeúntes y en plena madrugada. “Fue muy denigrante y pasa a menudo, incluso se escuchó un tiro en el aire para atemorizarlos. Se ensañan con ellos”, cuenta un vecino de Salou, que presenció parte de la escena mientras estaba paseando su perro.

“La policía solo explica una parte pero tenemos compañeros heridos. Uno con el brazo roto y no lo dicen. No tenemos dinero, ni trabajo, nos quitan la mercancía todo el día. Que nos maten o nos dejen en paz. Así no podemos vivir”, dice Mourinho, un mantero senegalés de la Costa Dorada. Él y sus compañeros atribuyen al “racismo” la trifulca. “Nos persiguen por negros. Hay muchos españoles que roban en el tren o hace cosas más feas que nosotros y no les hacen nada”, añade. A su lado, Mamadou, otro senegalés, va más allá: “¿Y si no hubiesen sabido nadar? Solo queremos vivir, no vendemos drogas, ni robamos”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Hace dos años en Coma-ruga (El Vendrell) el Ayuntamiento destinó una zona franca para la venta ilegal. Los comerciantes se quejaron y la medida no volvió a repetirse en 2011. Pero siguieron las trifulcas entre policías y manteros. Un día intentaron ahuyentarlos rociando con mangueras el paseo marítimo. También hubo una pelea entre agentes y vendedores una noche en la playa cuando estos últimos perdieron el tren de vuelta a Salou y dormían en las palmeras de la orilla.

Este verano la temporada se había iniciado tranquila con los Ayuntamientos jactándose de haber reducido el número de vendedores ilegales en la Costa Dorada por la crisis y la presión policial. Sin embargo, todo se ha precipitado este mes con el repunte del turismo. Según Mourinho, la situación es tan desesperante que muchos de sus compañeros quiere volver a Senegal pero no pueden. Y piden a la Administración que les ayude a pagar el viaje. “Pedimos al Ayuntamiento que nos deje vender o nos pague el billete de vuelta a casa”, dice Mourinho.

El Ayuntamiento de Salou rehúsa realizar declaraciones y los Mossos tampoco replicaron a los vendedores. Pero lejos de apaciguarse la tensión, los ánimos están muy revueltos entre los senegaleses. El abogado que asiste a los últimos detenidos, Pere Sutil, les hizo entrar en razón porque el viernes estaban llamando masivamente a sus compatriotas de Barcelona y la Costa Brava para asaltar la comisaría y dejar en libertad a los detenidos. “Las peleas se suceden desde hace dos semanas. La situación es grave. El viernes dejaron libres a los que no podían ni caminar. Muchos tras quedar libres llamaron a la ambulancia para que el juez no los viese así, incluso los han citado en días separados de los otros”, dice Sutil.

Según el letrado, el problema es mucho más grave. “El responsable es el Gobierno: son indocumentados. No les dan papeles pero tampoco los retornan a sus países y ellos no son una máquina a la que le quitas las pilas y dejan de comer y gastar”, dice Sutil. “Para sacar 30 ó 40 euros tienen que vender 12 horas al día para poder dormir en un apartamento de tres habitaciones en el que viven 13”, explica el letrado. Ayer aún estaban detenidos media docena de manteros. Se prevé su puesta en libertad este fin de semana.

La Confederación de Comercio de Cataluña sigue con la campaña Tira de la manta, dirigida a los consumidores. Emili Maroto, secretario general adjunto, calcula que en Cataluña trabajan 3.000 vendedores ilegales que generan un volumen de negocio de 100 millones de euros anuales. “Les explotan y son un perjuicio para el comercio local”, explicó Maroto en la presentación de la campaña. Los manteros de la Costa Dorada anuncian movilizaciones los próximas días y ayer algunos fueron a Barcelona para contactar con colectivos de senegaleses no solo de Cataluña, también de París y Estados Unidos para, buscar una salida al problema no de la venta ilegal y a su situación irregular en España.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_