El voto secreto crispa el congreso del PSOE de Sevilla
Los críticos exigen que solo se pueda votar en cabina
Los socialistas de siete provincias andaluzas (Almería, Cádiz, Córdoba, Granada, Jaén, Málaga y Sevilla) eligen hoy a sus nuevas direcciones provinciales. Con la excepción de Jaén, donde no se prevén listas alternativas ni a la secretaría general ni al comité director —el máximo órgano decisión entre congresos del PSOE andaluz—, en el resto los griñanistas y los críticos sí van a medir sus fuerzas. El congreso más enconado es el de Sevilla, donde los críticos exigen que los delegados voten únicamente en cabinas para preservar el secreto de su voto. Esta agrupación está dirigida desde febrero por una gestora que preside Manuel Gracia tras la dimisión de José Antonio Viera como secretario general. Este, en su marcha, denunció deslealtades “por las circunstancias personales o económicas de algunos o algunas”.
Los críticos amagan con una ‘sentada’ en la sala de votación
Dos candidatos aspiran a sucederle: la consejera de la Presidencia y ex número dos de la ejecutiva regional, Susana Díaz, y el alcalde de Alcalá de Guadaíra, Antonio Gutiérrez Limones. Representantes de ambos no llegaron ayer a un acuerdo sobre el sistema de votación. Limones quiere que únicamente se pueda escoger la papeleta por uno u otro candidato en cabina cerrada para garantizar la total intimidad de los votantes, mientras que los de Díaz proponen que las papeletas también se puedan retirar de una mesa.
Gracia aseguró ayer que el congreso del PSOE de Sevilla dispondrá de todos los medios para “garantizar” la libertad de voto de los delegados.
Lo que ocurre en Sevilla es que una parte (la de Limones) no se fía de la otra parte (la de Díaz) y cree que puede haber coacciones de aquellos delegados cuyo puesto de trabajo depende de sus jefes institucionales. Durante el proceso de elección de delegados al congreso regional, hubo cabinas y una mesa protegida por un biombo “que no era opaco”, asegura un dirigente.
A petición del presidente de la gestora, la secretaría federal de Organización le remitió con fecha del 12 de julio una comunicación en la que afirma que las condiciones para la votación con papeletas son aquellas que establezca la comisión electoral del congreso “y en todo caso deben garantizar la privacidad y el secreto del voto”. Y “como referencia” recuerda los criterios empleados en el pasado 38º congreso federal donde se enfrentaron Alfredo Pérez Rubalcaba y Carme Chacón. Ambos aspirantes llegaron a un acuerdo donde se extremó el secreto del voto. “Las papeletas se colocarán en las cabinas y solo podrán ser retiradas en el interior de las mismas. No habrá colocadas papeletas fuera de las cabinas”, decían las normas pactadas. Rubalcaba ganó por solo 22 votos.
Miembros de la candidatura de Limones están dispuestos a plantar batalla hoy para que se siga al pie de la letra ese criterio. Y hay un amago para convocar una sentada en la sala de votaciones si no es así.
La gestora presentará este sábado un informe de gestión pero no lo someterá ni a debate ni a votación, siguiendo otros precedentes.
Cabinas y mesas
El reglamento federal no establece una norma común para las votaciones más allá de que debe garantizarse la privacidad y el secreto del voto. Si hay dos o más candidaturas lo normal es que los aspirantes a la secretaría general pacten entre ellos los criterios en el comité electoral que se elegirán cuando se acuerde la composición de la mesa que dirigirá los congresos. A la espera de lo que se acuerde hoy en Sevilla, en el resto está previsto que los delegados puedan votar en cabinas y también retirar su papeleta de una mesa. Así lo tienen previsto en Córdoba, Jaén, Granada y Málaga. El PSOE de Almería no aclaró si combinará los dos criterios, mientras que en Cádiz las papeletas con los nombres de Rafael Quirós e Irene García solo se podrán retirar de las cabinas. El resultado de este congreso es en principio el más incierto de todos, toda vez que en el último proceso de elección de delegados para el regional la lista griñanista ganó por tan solo dos votos. Algunos candidatos críticos tendrán dificultades para recoger avales.
