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Mas-Colell denuncia ser tratado como un “súbdito” tras el fracaso de sus peticiones

El consejero de Economía se enfada porque el Gobierno central no escucha a las autonomías El aumento del IVA supondrá para la Generalitat 100 millones de euros más de déficit

Dani Cordero
Andreu Mas-Colell, saluda a Cristóbal Montoro l inicio de la reunión.
Andreu Mas-Colell, saluda a Cristóbal Montoro l inicio de la reunión.GUSTAVO CUEVAS (EFE)

Fue a Madrid con la esperanza de conseguir alguna concesión y regresó a Barcelona con la sensación de los gobiernos autonómicos son tratados como “críos” o “súbditos”. Andreu Mas-Colell no escondía ayer su enfado tras chocar en la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera con un Cristóbal Montoro, a quien culpó de “reñir” y “no escuchar” a las comunidades. El ministro de Finanzas se negó a aceptar las propuestas de las comunidades autónomas, hasta el punto de que su intransigencia hizo pensar al consejero de Economía que “quizás no tenga mucho sentido acudir a estos foros”, lo que podría acabar en enfrentamiento entre Generalitat y Estado.

Desde el lunes, cuando el Eurogrupo aumentó un punto el objetivo de déficit de España, hasta el 6,3%, Mas-Colell creía que Cataluña también podría beneficiarse de la medida. Ayer supo que no, que el Estado no compartirá esa flexibilidad ofrecida por la Unión Europea y que optará por “el ordeno y mando”. Como consecuencia, la Generalitat tendrá que asumir un gasto adicional correspondiente al pago del aumento del IVA, como cualquier empresa o ciudadano, sin beneficiarse de más ingresos.

El Departamento de Economía cifra ese impacto en 100 millones de euros anuales, que será mucho mayor si se tiene en cuenta el conjunto del sector de la administración autonómica: sus diferentes entes, agencias y empresas públicas deben repercutir también el IVA a sus proveedores. Así, el fracaso de la reunión de ayer lastrará todavía más las cuentas de la Generalitat, que sufrirán un incremento adicional del déficit como conbsecuencia del alza del impuesto. Todo lo contrario de lo que perseguía ayer Mas-Colell, obsesionado en sacar del consejo un balón de oxígeno para este año y alcanzar un límite de déficit más holgado, del 2% y no del 1,5% como está fijado.

El consejero, como había señalado el jueves, pretendía que el Gobierno cediera la mitad del margen de déficit ofrecido por el Eurogrupo a las comunidades autónomas, responsables del grueso de las competencias de servicios públicos. Con ese medio punto, la Generalitat podría haber relajado en unos 800 millones de euros la política de recortes públicos para este año. Pero mientras Montoro calificó la ampliación del déficit para toda España como un ejercicio de “realismo”, se negó a compartirla con las comunidades porque supondría “relajación”, según fuentes presentes en la reunión.

El Gobierno catalán mantiene el objetivo de cerrar el ejercicio con un déficit del 1,5%, pero asume que será difícil. En mayo presentó un balance positivo de sus cuentas, con un pequeño superávit de 16 millones de euros. Ese ritmo, no obstante, no se podrá mantener todo el año. Buena parte de las facturas de la administración aparecen en el tramo final del ejercicio y la Generalitat ya ha recibido anticipos de dinero del Estado para destensionar su tesorería.

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Sobre la firma

Dani Cordero
Dani Cordero es redactor de economía en EL PAÍS, responsable del área de industria y automoción. Licenciado en Periodismo por la Universitat Ramon Llull, ha trabajado para distintos medios de comunicación como Expansión, El Mundo y Ara, entre otros, siempre desde Barcelona.

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