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Dos caras de una reina

El Museo de Bellas Artes expone los retratos de Isabel de Valois, de Antonio Moro y Sánchez Coello, pertenecientes a la colección Várez Fisa

Los retratos de Isabel de Valois, pintados por Antonio Moro (izquierda) y Alonso Sánchez Coello, ayer, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.
Los retratos de Isabel de Valois, pintados por Antonio Moro (izquierda) y Alonso Sánchez Coello, ayer, en el Museo de Bellas Artes de Bilbao.FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

El maestro flamenco Antonio Moro y su discípulo valenciano Alonso Sánchez Coello retrataron a Isabel de Valois — la hija de Enrique II de Francia y Catalina de Médicis— en torno a 1560, poco después de contraer matrimonio con Felipe II. En ambas pinturas, la reina vista el mismo atuendo y muestra una pose similar. En realidad, el discípulo realizó una copia de la obra de Moro, que por error se confundió durante un tiempo con la original. Los dos retratos, propiedad de la colección Várez Fisa, se exponen conjuntamente desde ayer en el Museo de Bellas Artes de Bilbao hasta el próximo mes de octubre, dentro del programa La obra invitada.

A mediados del siglo XVI Antonio Moro se encumbró en España como retratista cortesano, con una gran capacidad para mostrar la psicología del personaje y revelar hasta el más mínimo detalle de los ropajes y las joyas, en consonancia con la tradición flamenca. Isabel de Valois aparece en posición de tres cuartos y con el ojo más cercano al espectador justo en el centro del cuadro, una posición que acentúa la sensación de proximidad. El rostro está iluminado desde la izquierda y ligeramente desde arriba, provocando unas sombras que dan a la modelo un aire aristocrático y distante. “Transmite un hieratismo y una seriedad que no se corresponden con lo que conocemos del carácter de la reina y que son imperceptibles en otros retratos suyos”, destaca Miguel Falomir, conservador del Museo del Prado. La copia que realizó el discípulo pierde detalles y cambia la posición de la mano izquierda de la princesa, que se apoya sobre el mueble que completa la composición.

La muestra de las pinturas se enmarca en el programa ‘La obra invitada’

Desde 2001 La obra invitada permite exponer piezas de otras colecciones en el contexto del Museo de Bellas Artes. A lo largo de una década se han mostrado con carácter temporal más de 40 obras en un amplio recorrido cronológico que abarca desde Zurbarán o Artemisia Gentileschi a Picasso, Chillida y Hockney. La última obra invitada fue Roble en la nieve, un pequeño paisaje de Caspar David Friedrich, cedido por el Museo Wallraf-Richartz, de Colonia.

Los retratos de Isabel de Valois se exponen ahora junto a sendas obras de los mismos autores, realizadas en la misma época, que pertenecen a la colección del Museo de Bellas Artes. Retrato de Felipe II, de Antonio Moro, muestra al todavía príncipe a los 22 años, vestido con ricos ropajes y con una espada a la cintura, en la primera de las tres ocasiones en la que posó para el más célebre retratista de su época. Doña Juana, princesa de Portugal, de Sánchez Coello, aparece de pie. La maestría del autor queda patente en la mirada severa de la princesa y la minuciosidad con la que plasma las joyas y el medallón que cuelga de su cuello con un retrato de su hermano, el rey Felipe II.

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