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Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Peor, imposible

La consecuencia de situación tan kafkiana es que, ahora sí, puede decirse que algunos países, particularmente España, están muy cerca del rescate

Esta última semana pasará a los libros como uno de los más penosos y lamentables de la historia del euro. No hay dirigente político o institución económica que no haya hecho todo cuanto esté en su mano para introducir confusión en los mercados y dejarles a estos muy claro que quien de verdad gobierna Europa es un grupo de inútiles, incompetentes y mal avenidos.

La secuencia es así más o menos. El Eurogrupo toma un acuerdo, el sábado 23, sobre el problema bancario y la compra de deuda por el fondo de rescate; consecuencia inmediata: las bolsas suben y la prima de riesgo baja. Se trata de una decisión razonable, y, por tanto, incorrecta, debieron pensar enseguida. Así, que unas horas después se inicia la confusión; unos dicen que la letra pequeña será mucho más dura, otros que su implementación efectiva no será a corto plazo, y otros, en fin, que la capitalización bancaria que se suponía directa, en realidad necesitará computar como deuda del Estado. En resumen: que bueno, que ya veremos.

Y por si esto fuera poco, tres días después, Finlandia se opone a que el fondo compre deuda y amenaza con salirse del euro, “nosotros no vamos a pagar las deudas de otros” dice su Gobierno. Y Holanda está de acuerdo. Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE), que sabe lo que sabemos todos nosotros (o no, que es lo que me temo), se limita a bajar 0,25% el tipo de interés, presentándolo como una “gran apuesta para la reactivación”, en un momento en el que el principal problema no tiene nada que ver con el coste del dinero. Y para acabarlo de arreglar, el domingo sale el ministro estrella alemán Wolfgang Schäuble para anunciar que hasta el año que viene, nada de nada.

¿Y por aquí qué pasa? Pues otro tanto: el Gobierno, el de acá y el de allá, intentando aparentar que está gobernando, inmerso en una fiebre de anuncios de recortes sin fin para calmar a los mercados, que, evidentemente, no calman a los mercados. Y unos ciudadanos que asisten resignados al esperpento, convencidos como están de que el sufrimiento extremo y la autoflagelación es ya la única posibilidad de salir de esta situación. Las encuestas lo explican mejor que yo: el PP se mantiene y el ¡PSOE baja!

La consecuencia de situación tan kafkiana es que, ahora sí, puede decirse que algunos países, particularmente España, están muy cerca del rescate; o, si este no fuera posible (que no lo será) en el límite de la ruptura con el sistema euro. Si, ya lo sé: que ningún europeo, ni siquiera Alemania, gana con ello, que cualquier medida que se adopte será más cara que antes, que habrá más sufrimiento, y que perderemos una generación completa. Pero ya pueden ver que todo eso a nadie le importa.

¿La explicación de tamaño desatino? Nadie la sabe. Quizá en el futuro, cuando los historiadores hagan balance, nos enteremos de que todo esto no fue sino fue una desagradable pesadilla capitaneada por un ejército de inútiles que no entendieron absolutamente nada del mundo en el que vivían. Que Dios nos ayude.

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@AndresGReche

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