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La industria ‘verde’ se resiente

El negocio ambiental flaquea por la crisis y la aparición de un entramado ilegal de recogida de residuos que compite con las firmas que sí cumplen la normativa

Un operario trabaja en el reciclaje de plásticos en una planta de Amorebieta.
Un operario trabaja en el reciclaje de plásticos en una planta de Amorebieta.F. D.-ALDAMA

Las empresas verdes tampoco se libran del bache económico. El negocio ambiental merma y el sector sufre las consecuencias. “La situación, hoy por hoy, es muy complicada”, advierte Mónica Moso, directora de la Asociación Clúster de Industrias de Medio Ambiente de Euskadi (Aclima). La facturación de sus más de 70 socios en 2011 fue de 1.645 millones de euros, un 1,8% menos que en 2010, mientras que las previsiones para este ejercicio no invitan al optimismo. Asimismo, el empleo ha caído un 4% pese al “enorme esfuerzo” de las firmas por conservar los puestos de trabajo.

A todo ello, revela Moso a EL PAÍS, se suma el crecimiento, agravado por la propia crisis, de un entramado ilegal en la recogida de residuos que compite con las empresas que sí cumplen con la normativa y “las daña seriamente”. “En los puntos de almacenaje hay personas que roban los productos y los canibalizan”, denuncia. El objetivo de los saqueadores es, sobre todo, los aparatos electrónicos, como televisiones y móviles, y el papel.

Cifras del sector

  • Las más de 70 empresas asociadas de Aclima cerraron 2011 con una facturación de 1.645 millones de euros, frente a los 1.710 millones de 2010. Esto supone una disminución del 1,8%.El objetivo para este 2012 es mantener un volumen de negocio similar al del pasado ejercicio.
  • El desempleo también ha caído un 4% como consecuencia de la crisis. Las firmas de Aclima daban trabajo el año pasado a 2.867 personas.
  • En I+D se invertirán este año 81,20 millones.

“Hay un alto malestar en el sector y se está pensando en tomar medidas”, advierte la directora de Aclima. Al perjuicio económico se añade otro medioambiental, ya que los saqueadores gestionan los residuos “sin adoptar las garantías necesarias”. “Las personas que están cualificadas saben qué hacer para evitar, por ejemplo, las emisiones de gases. Lo tienen todo muy controlado”, indica antes de apuntar que este problema no es exclusivo de Euskadi, sino que afecta a toda España.

La economía verde abarca en la comunidad a muchas empresas: gestión de residuos industriales y urbanos, laboratorios, negocios de tratamientos de agua, ventilación, ruido, eficiencia energética... Aunque la crisis ha alcanzado prácticamente a todas ellas, con algunas se está cebando de manera especial. Es el caso de las firmas especializadas en los residuos generados en la construcción, la descontaminación de suelos y las consultorías. “Trabajamos mucho para otras industrias, somos muy transversales, por lo que, lógicamente, nos afecta lo que ocurre en otros sectores. Ya apenas se construye y lo estamos acusando mucho”, precisa Moso.

El objetivo de los saqueadores son los aparatos electrónicos y el papel
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Uno de los mejores clientes del sector han sido los poderes públicos, metidos ahora de lleno en una severa política de recortes por la crisis. “El mercado español ha caído en picado”, anota Moso, quien alerta a continuación del peligro que esto conlleva para la salud de las firmas y del propio Medio Ambiente, “un bien de todos”.

“La ciudad es un ser vivo que respira, tiene desechos y debe cuidarse. No lo olvidemos. Si lo hacemos, va a haber consecuencias ambientales y económicas”, advierte.

Para que las compañías vascas recuperen el paso, Aclima trabaja en tres frentes. El primero, intentar fomentar en lo posible la compra pública verde, esto es, lograr que cuando las instituciones adquieran recursos, elijan los de menor impacto medioambiental, como papel reciclado o cartuchos de impresora también reciclados, explica Moso.

La asociación también está “volcada” en lograr una mayor internacionalización de las empresas. Muchas han puesto ya sus ojos en Brasil, un país con índices de crecimiento “interesantes” y que está desplegando normativas en materia de aguas y residuos en las que el sector vasco tiene experiencia. “Son cosas que sabemos hacer, lo que es fantástico. Es un país muy grande, con unas 5.500 ciudades. Las compañías que mejor van son las que están más internacionalizadas”, destaca la directora del cluster.

“Hay un alto malestar y se está pensando en tomar medidas”

Mejorar la inversión en I+D es otro de los grandes retos de Aclima, y aquí las noticias son buenas: de los 77,5 millones de euros destinados a investigación en 2011 por la ecoindustria vasca se pasará a los 81,2 de este ejercicio. “Hay que renovarse. De lo contrario, dejas de ser interesante”, sostiene Moso. Si se compara con los países punteros en tecnología medioambiental, Euskadi tiene una “buena base de conocimiento”, afirma la directora de Aclima. El caballo de batalla del sector es, en su opinión, estar “demasiado orientado al servicio”. “Quizá deberíamos producir más bienes de equipo”, concluye.

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