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Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La brecha generacional

Los Enemigos y Loves Of Lesbian abren la Feria de Julio de Valencia

Un momento del concierto del viernes con el que arrancó la Feria de Julio.
Un momento del concierto del viernes con el que arrancó la Feria de Julio.

Si hemos de calibrar el desdoble generacional de la noche del viernes como un contraste entre dos quintas del pop rock español, el balance no puede ser precisamente ilusionante. Más bien un fiel reflejo de los tiempos. Y no porque haya abismo alguno en sus capacidades de convocatoria: Los Enemigos ya llenaban, en su gira de despedida hace más de diez años, los mismos recintos que Love Of Lesbian frecuentan ahora. Así que tampoco había motivos para augurar una expectación que no fuera tan equilibrada, con la salvedad de que muchos seguidores de los primeros permanecieron atentos a los segundos, cosa que la gran mayoría de estos ni se molestaron en hacer.

El caso es que los de Malasaña siguen encarnando lo más proteico de la generación perdida de nuestro rock, aquella (la misma de 091, Surfin’Bichos o Cancer Moon) que metió una poderosa cuña entre la dichosa movida y el proto indie estatal. Sus canciones son viscerales, directas y sin un gramo de artificio, afectación ni efectismo. En su natural fluidez se refleja la escasa (o nula) conciencia sobre su propia repercusión. Josele Santiago y los suyos lo han retomado donde lo dejaron, sepultando intermitencias escénicas en aras de un escrupuloso set que quizá les reste espontaneidad, pero por momentos les convierte en una apisonadora. Huelga decir que más de la mitad de su repertorio del viernes, defendido con brío y galones, es historia con mayúsculas de nuestro rock.

Por el contrario, Love Of Lesbian ejemplifican la inconsistencia y el dislate al que con frecuencia se ven abocados gran parte de aquellos proyectos que, gestados desde la independencia hace poco más de una década, acaban abrazando una aceptación casi masiva. En su caso, dado lo menguante de su filtro, no muy bien digerida. Su crecimiento es difícilmente sostenible (pocos temas funcionaron mejor que Maniobras de Escapismo o Houston, tenemos un poema, ambos de 2005) y no pasa la prueba de los grandes recintos más que a cuentagotas, a pesar de que sus onomatopeyas cada vez le quiten más hueco a sus estribillos y pese a la saludable supresión de mascaradas. Su ruido le gana hueco a unas nueces que, además, diluyen su efectividad en las distancias largas.

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