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crítica | CABARÉ
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Acrobacias sobre mi bañera

'Soap' es un cabaret circense en el que destacan ciertos números individuales y el esfuerzo de ensamblaje del conjunto

Javier Vallejo
Uno de los intérpretes de 'Soap'.
Uno de los intérpretes de 'Soap'.

Parece que cuajó la idea de convertir el Calderón en teatro de variedades: en los años setenta fue, con La Latina, escenario de referencia de la revista. También este Soap the Show, cabaré acrobático, ha sido concebido para el público que busca distraerse sin más, y para el turista no hispanohablante deseoso de ver algo fácilmente comprensible.

En Soap no hay hilo conductor sino una idea plástica que imprime unidad visual a números circenses de carácter diverso: siete de sus ocho intérpretes emergen de sendas bañeras como el caracol de su concha. A veces trabajan en seco y otras sobre mojado. No son los mismos que estrenaron el espectáculo en Berlín en 2009, pero tienen calidades equiparables. Excelente, la antipodista Ludmila Nikolaeva, que tumbada panza arriba hace girar con un pie una gran rueda en el plano horizontal y con el otro un cilindro enorme en el vertical. Pasmosa, la limpieza de línea de los arriesgados equilibrios acrobáticos que, en posición invertida y empapado hasta los huesos, Fernando Dudka dibuja sobre su bañera, en un número que concilia delicadeza y fuerza. Fluida e intensamente poética, la danza en el trapecio de François Gravel, empapado bajo un orballo persistente.

SOAP THE SHOW

Directores: Markus Pabst y Maximilian Rambaek. Intérpretes: Adem Endris, Patrizia Holtzmann, Mchael Lanphear, Viktoria Grimmy… Teatro Caser Calderón.

Los números están cosidos con coreografías mínimas y con pequeños gags que parecen pensados para un aforo más íntimo, como el del Chamäleon Theater de Berlín, salón de baile art decó reconvertido en music-hall donde caben poco más de 300 personas sentadas a la mesa. Soap, dirigido por Markus Pabst y Maximiliam Rambaek estuvo allí dos años en cartel. En el Calderón también pasa batería, aunque acuse en ciertos momentos el salto de escala.

Un dato significativo: mientras que en el Calderón el precio de la localidad en mesa de patio cuesta entre 71.50 y 32.70 euros, en el Chamäleon de donde viene Soap (y donde los quebequeses Les 7 Doigts de la Main están representando su divertidísimo Loft) la misma localidad oscila entre 49 y 28. Se echa de menos un programa con los nombres de los artistas.

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Sobre la firma

Javier Vallejo
Crítico teatral de EL PAÍS. Escribió sobre artes escénicas en Tentaciones y EP3. Antes fue redactor de 'El Independiente' y 'El Público', donde ejerció la crítica teatral. Es licenciado en Psicología, en Interpretación por la RESAD y premio Paco Rabal de Periodismo Cultural. Ha comisariado para La Casa Encendida el ciclo ‘Mujeres a Pie de Guerra’.

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