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“Una escritora euskaldun, no vasca”

La candidata de EH Bildu siempre ha estado ligada a reivindicaciones soberanistas

Laura Mintegi.
Laura Mintegi.RAFA RIVAS (AFP)

“Para saber mis datos personales, vale con lo que sale en Wikipedia”, espetó ayer Laura Mintegi (Estella, Navarra, 1955) cuando EL PAÍS quiso ahondar ayer en la trayectoria personal de la candidata a lehendakari por Euskal Herria Bildu (EHB). Lo hizo desde el teléfono del Club Euskal PEN, una asociación en favor de la libertad de expresión que preside desde 2004 en Bilbao, a la que se ha volcado como reflejo de la postura crítica contra la censura que se puede ejercer desde la literatura, y a la que lleva enganchada desde que a los 15 años escribió sus primeros poemas, que ella mismo calificó de “tontolescentes”.

Asentada sobre sólidos principios ideológicos ligados a la izquierda abertzale desde siempre, tiene el respeto de quienes han compartido con ella “escenarios de pelea”, principalmente volcados a reivindicaciones políticas, universitarias y a la libertad de los presos de ETA, aunque también en la labor de investigación. Esta licenciada en Historia y doctora en Psicología, desde 1981 es profesora del departamento de Didáctica de la Lengua y la Literatura de la Universidad Pública Vasca, donde, junto a su labor profesional, ya dejó huella al intentar por dos veces sin éxito alcanzar el Rectorado. Se le recuerda por su apoyo permanente, como responsable de la caja de resistencia, a las reivindicaciones casi diarias que desde 1989 vienen manteniendo profesores asociados, que fueron despedidos al negarse a cumplir las exigencias impuestas por ley para convertirse en funcionarios y entre quienes figuraba Antton Azkargorta, su pareja durante muchos años. Estos profesores se negaron a pasar por unas “oposiciones españolas”, según su propia justificación.

Madre de una hija de 20 años y de una chico de 18, Mintegi fue llevada con dos meses de vida de Estella a Venezuela. Fue el punto de partida de una infancia repartida entre su vuelta a Navarra y la definitiva llegada a Bizkaia, primero en Bilbao y luego en Algorta, donde ahora reside. Precisamente en la capital vizcaína fue donde adquirió su compromiso con el euskera. Ella misma recordaba ayer a este periódico que comenzó a estudiar este idioma a los 17 años, “primero en la zona de la Ribera y luego en la sede de Euskaltzaindia”. Curiosamente, esta estudiante de euskera se incorporó a la Academia de la Lengua Vasca en 2006, como miembro correspondiente junto a otros 34 representantes del ámbito del periodismo, la ciencia, la literatura o la traducción.

Asumió la caja de resistencia en la larga protesta de los asociados expulsados de la UPV

Con su dominio del euskera, Mintegi, que adopta posturas "transigentes con quienes estamos al lado y no lo hablamos" —admite un catedrático vasco—, ya había conseguido uno de sus objetivos juveniles: “Escribir en mi lengua, quería ser una escritora euskaldun, no una escritora vasca”, precisaba intencionadamente. A los 19 años ya lo hizo. Solo habían pasado diez años desde que ganó un concurso de redacción en edad escolar, donde se le despertó la vocación. Ahora se siente recompensada con una amplia producción editorial, habiendo sido traducida al castellano, inglés y el holandés, que le han valido, incluso, algunos premios como el Azkue de novela y el Ciudad de San Sebastián. Su obra más reconocida Sísifo Maite minez (Sísifo enamorado), una novela-ensayo sobre el amor.

En su círculo de investigación universitaria, no se habla de política. Posiblemente porque no haya “una unidad de acción compartida”. No obstante, quienes la conocen “desde hace muchos años” destacan la “valía personal” de Laura Mintegi, a la que consideran “muy próxima”. Desde este entorno recuerdan la “inquietud” de su compañera por “asistir a congresos y citas internacionales, que mantiene cada año, bien sea a Holanda, a Turquía o a África”. Recientemente disfruta de la satisfacción que ha supuesto el reconocimiento internacional a la revista Psicodidáctica, en la que colabora junto a su director, Alfredo Goñi.

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Pero la proyección pública de esta candidata se ha visto alimentada también por los habituales artículos en diarios abertzales como Egin, Gara o Berria. En paralelo, Mintegi se ha sumado a la mayoría de las causas más significadas de la lucha soberanista, incluida la polémica visita al etarra De Juana Chaos, cuando se encontraba ingresado en una clínica de San Sebastián y que rápidamente ha sido recordada por el Partido Popular tras hacerse pública su candidatura. Es una marca de referencia para la causa abertzale aunque siempre en el límite de la legalidad y sin que pese sobre su historial reclamación alguna con la Justicia. El modelo adecuado para la nueva etapa que aborda la izquierda radical en una Euskadi sin ETA. De hecho, ya formó parte de las listas de Amaiur al Senado por Bizkaia, en las últimas elecciones generales, aunque no fue elegida. De su vinculación con Herri Batasuna queda su presencia en la candidatura al Parlamento europeo, en 1987 y 1989.

La conciencia crítica y reivindicativa de Mintegi posiblemente guarde una estrecha relación con aquel viaje en 1980 a la región nigeriana de Biafra. Decidió irse como consejera de pedagogía y permaneció un año. Dice que el tiempo suficiente para comenzar a escribir “concienzudamente”. Así se explicaría más fácil su participación en diversos movimientos políticos, sociales y culturales, siempre relacionados con Euskal Herria, la cultura vasca y los derechos de los presos de ETA.

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