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Detenido un trabajador de una residencia de mayores por maltrato

La Comunidad confirma el caso, pero lo vincula a problemas entre trabajadores El juzgado número 6 de Colmenar Viejo instruye la denuncia, presentada por particulares

Un grupo de residentes y visitantes, ante la entrada principal del centro.
Un grupo de residentes y visitantes, ante la entrada principal del centro.ULY MARTÍN

Un auxiliar de enfermería de la Residencia de Mayores Colmenar Viejo, dependiente de la Comunidad de Madrid, ha sido detenido por presuntos malos tratos a los residentes, según han confirmado fuentes de la Guardia Civil. El juzgado número 6 de Colmenar se encarga de la instrucción del caso. La Consejería de Asuntos Sociales admite las investigaciones pero ha declinado aportar más datos para respetar el secreto del sumario, aún en trámite. El implicado, que está en libertad pero suspendido cautelarmente de su empleo, rehusó hacer declaraciones a este diario. La dirección de la residencia no se pronuncia y desde el comité de empresa afirman desconocer los términos de la investigación y respaldar a toda la plantilla, incluido el afectado, por no conocer ninguna irregularidad.

Tres trabajadores relataron a la Guardia Civil a finales de marzo que en los últimos meses habían sido testigos o habían tenido constancia de malos tratos a residentes por parte de un auxiliar de enfermería de unos 27 años, I. L. P. Acciones agresivas al atenderlos (darles de comer, cambiarles de ropa…), malas palabras, gritos y hasta golpes son algunas de las actuaciones delatadas, según declaran a este diario algunos de los denunciantes, que piden no ser identificados.

Un juzgado de Colmenar instruye la denuncia, iniciada por particulares

En el marco de las diligencias que permanecen abiertas, la Guardia Civil detuvo en mayo a I. L. P. acusado de un delito de malos tratos tipificado en el artículo 173 del Código Penal, que prevé penas de entre seis meses y dos años de prisión. Tras sus primeras pesquisas, los agentes del puesto de Colmenar Viejo informaron al juzgado —que confirma la instrucción de este caso, recalcando que surge de una denuncia particular— y a la Comunidad de sus actuaciones.

La Consejería de Asuntos Sociales —de la que depende el Servicio Regional de Bienestar Social que, a su vez, se encarga de la gestión de las residencias públicas— confirma que hay un expediente informativo por un problema en su residencia de Colmenar Viejo, aunque no aporta más datos por estar abierta una investigación judicial. “Recibimos unas denuncias, abrimos un expediente, suspendemos de forma cautelar a los afectados [sin especificar quiénes ni cuántos son] y damos cuenta y traslado a las autoridades judiciales”, afirma una portavoz que no vincula el caso con maltrato, sino con “problemas entre trabajadores”.

Fuentes de la plantilla confirman la existencia de rencillas entre algunos compañeros. Pero la Guardia Civil no se ha limitado a investigar estas cuestiones, sino que ve indicios de delito en las acusaciones de maltrato. Desde el comité de empresa —al que el acusado pertenece— están al tanto de la investigación judicial, pero afirman no tener más datos. Según explican, son relativamente frecuentes las quejas de familiares por la atención, sobre todo desde que el verano pasado se crearon 60 nuevas plazas para grandes dependientes sin que la plantilla se reforzara hasta septiembre. Pero nunca han tenido sospechas ni denuncias de maltrato, y resaltan la importante carga de trabajo que afrontan y los recortes salariales que están sufriendo en los últimos tiempos.

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El comité de empresa respalda a la plantilla, ajeno a la investigación

Los denunciantes, en cambio, aseguran que las irregulares prácticas por parte del auxiliar detenido eran un rumor extendido. Al tener pruebas como fotografías y testigos, aseguran, decidieron denunciarlo a la justicia. Antes, relatan, habían acudido a los responsables de la residencia y de la Comunidad, cuya pasividad ponen de manifiesto. Otros compañeros vinculan esta denuncia con rencillas entre trabajadores y señalan al menos uno de los denunciantes también ha sido denunciado por familiares de residentes y otros empleados. Bienestar Social no da detalles, mientras la dirección no se pronuncia.

Los familiares de una residente fallecida a finales de febrero también denuncian el mal funcionamiento de la residencia. Tras la muerte de su tía, remitieron una carta a los trabajadores del centro, que hicieron llegar al Servicio de Bienestar Social, para que reflexionaran sobre el abandono de los residentes basándose en el caso de su tía. “Entró cuando aún se valía por sí misma, pero se quedó en silla de ruedas tras una caída y cada vez estaba más deteriorada”, cuenta la familiar admitiendo que era mayor, pero convencida de que con mejores cuidados hubiera tenido más calidad de vida. A raíz de esa misiva, asegura, otros familiares les han contactado para apoyarles y descontentos por el funcionamiento de la residencia, especialmente con el trabajo de uno de los médicos.

No es la primera vez que surge la noticia de irregularidades en residencias de mayores en esta localidad de 45.000 habitantes del norte de la región. En 2001, una juez ordenó cerrar dos centros privados en los que se detectaron graves irregularidades en la atención a los residentes y la situación de los trabajadores. En este caso, la residencia continúa funcionando con normalidad.

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