_
_
_
_
_

El alcalde está en huelga de hambre

El regidor de Alburquerque lleva 17 días sin comer ante el Ministerio de Industria Vadillo protesta contra la suspensión de las primas a los nuevos proyectos de energías renovables

Ángel Vadillo, alcalde de Alburquerque en huelga de hambre.
Ángel Vadillo, alcalde de Alburquerque en huelga de hambre.CARLOS ROSILLO

Para llevar 17 días en huelga de hambre, Ángel Vadillo tiene una pinta estupenda. El alcalde de Alburquerque, en la Extremadura profunda, cuna de conquistadores enclavada en la sierra de San Pedro, saluda con fuerza y tiene un discurso que ya quisieran muchos colegas. Nadie diría que lleva dos meses y medio acampado en la entrada del Ministerio de Industria, adonde llegó el 10 de abril tras hacerse 630 kilómetros a pie, para protestar, a jornada completa y bajo una sombrilla de rayas blancas y rojas, contra el decreto del Gobierno que suspende temporalmente las primas a los nuevos proyectos de energías renovables.

“He perdido siete kilos y pico, pero no hay problema porque antes tenía barriguita... El truco es beber ocho litros de agua diarios mezclados con miel, que tiene potasio y mantiene activa la mente”, confía el regidor de 47 años, irreductible en su demanda. Aunque el pulso que mantiene con el ministro José Manuel Soria le cueste el pellejo. “El lunes me atendieron en el hospital Universitario de la Princesa y me recomendaron que lo deje, que puedo perder la vida... Pero es que si me hubiera quedado en Alburquerque, mano sobre mano, rendido, me habría entrado una depresión de caballo”, cuenta Vadillo. El SAMUR le trasladó al centro hospitalario “por una disminución progresiva de la frecuencia cardiaca”, según recoge el parte médico, que “aconseja” el abandono de la huelga de hambre.

La causa de Vadillo va más allá de la desaparición del proyecto de cinco plantas termosolares de 250 megavatios “que generarían 850 empleos directos y una inversión de mil millones de euros en Alburquerque”, una comarca paralizada por un 40% de paro. Para el alcalde verde el decreto de Industria “es una sentencia de muerte para Extremadura, donde se iban a invertir 15.000 millones en proyectos de energías alternativas, que ya contaban con las autorizaciones administrativas y las licencias de obra”. El decreto 1/2012, a su entender, “acaba con una alternativa viable y con futuro, un modelo a seguir que elogió el mismísimo Obama”. “España necesita energías renovables, pero no podemos asegurar la rentabilidad de proyectos empresariales determinados como usted nos plantea. Nuestra obligación es velar por el interés general de todos los ciudadanos”, le escribió Soria. Tras dos meses apostado a sus puertas, el ministro finalmente le recibió cuando Vadillo decidió pasar hambre.

“Solo me queda ofrecer mi sacrificio personal”, reflexiona Vadillo, que teme que la crisis se lleve por delante el trabajo, el legado, de 17 años al frente del Ayuntamiento. “En este tiempo creamos una escuela de música, una de teatro, un festival medieval... ¿Por qué se cuestiona la cultura y parece tan fácil de recortar? ¿Y qué pasa con los servicios sociales, con los centros de mayores que o son públicos o públicos, y más en una zona con pensiones de 500-600 euros con suerte?”, argumenta el político, al que Cristina Narbona, diputada socialista en el Congreso y exministra de Medio Ambiente, puso como ejemplo ayer en las Cortes. En todo el tiempo que lleva instalado en el número 160 del paseo de la Castellana, Vadillo ha recibido el cariño y reconocimiento in situ de los diputados extremeños en el Congreso. “Del PSM no ha venido nadie por aquí, salvo del colectivo Más Izquierda Madrid”, apunta el alcalde, que cuida su higiene cada mañana en los baños públicos de Embajadores, duerme sobre una colchoneta dentro de una furgoneta y mata las horas mostrándose activo en las redes sociales, en Twitter de @Angelvadillo y su blog de www.angelvadillo.com... Y no olvidando su responsabilidad como alcalde. Aunque sea a distancia.

“Para eso me he traído el portátil, para demostrar que existe un futuro ecológico y alternativo. ¿Que si tengo problemas de batería? ¡Me he traído una placa fotovoltaica con la que cargo las del móvil y el ordenador!”, concluye Vadillo, que se despide con una advertencia: “Las eléctricas nombran a los ministros y secretarios de Estado. A Unesa [Asociación Española de la Industria Eléctrica] nunca le ha interesado las renovables”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_