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Rosado prevé un trasvase de personal a la sanidad privada

La oposición acusa al consejero de una privatización en toda regla

Valencia -
El consejero de Sanidad, Luis Rosado, ayer en las Cortes Valencianas.
El consejero de Sanidad, Luis Rosado, ayer en las Cortes Valencianas.JORDI VICENT

Que el nuevo operador privado obtenga beneficio de la contención del consumo”. El consejero de Sanidad, Luis Rosado, resumió así ayer ante una comisión de las Cortes Valencianas el modelo de colaboración público-privada que el Consell se dispone a introducir en el sistema sanitario valenciano. “No es un modelo privatizador”, añadió, aunque deja en manos privadas la administración de los 18 departamentos que hoy no funcionan por concesiones como el de La Ribera.

Rosado insistió en que no habrá “pérdida de influencia de la Administración pública” y en que las empresas, a las que se adjudicará la gestión mediante el método del “diálogo competitivo”, en el que los aspirantes hacen propuestas para definir las condiciones del contrato, “no obtendrán un beneficio a gran escala, aunque sí un beneficio sostenido en el tiempo”. Según el titular de Sanidad, se trata de “cambiar al máximo la Administración” sin afectar a la asistencia. “Lo hemos dicho por activa y por pasiva, el personal no se transfiere”, proclamó Rosado, que reconoció, sin embargo, que “si alguien quiere pasar a la parte privada del nuevo modelo, lo hará”.

La oposición acusó al Consell de emprender una privatización en toda regla del sistema de salud. La diputada de Compromís Mònica Oltra criticó el “dogma” que consiste en pensar que si la sanidad es deficitaria se arreglará privatizándola. “Privatizar la sanidad es acabar con el sistema” dijo. La parlamentaria preguntó qué pasará con los trabajadores de la sanidad. “El botín está en el personal”, apuntó.

Pies de barro

En mismo sentido se pronunció el diputado socialista Ignacio Subías, que calificó el de Rosado como “un sistema teórico con pies de barro” y acusó al PP de aprovechar la crisis y la supuesta “insostenibilidad” como una excusa para aplicar “medidas ideológicas”. Subías preguntó qué es lo que se va a privatizar realmente. “¿La gestión de farmacia por receta, qué quiere decir?”, inquirió, para vaticinar que sólo se puede entender que haya beneficio para las adjudicatarias si se pretende “que la gestión privada incida en la gestión de los profesionales”.

La diputada de Esquerra Unida Marina Albiol, que aseguró que “el sistema sanitario no es insostenible, sino que es absolutamente eficiente cuando se ponen los recursos necesarios”, también se preguntó por los efectos del control de recetas y por la gestión privada del personal. “Sin personal, no hay negocio”, concluyó.

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“Se han identificado ineficiencias que son mejorables”, alegó Alicia de Miguel, del PP, que acusó a la oposición de hacer “demagogia barata” y pronosticó: “El nuevo modelo va a ser un éxito”.

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