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Música

“La crisis acerca más a la gente al fado”

La fadista Mariza regresa a Madrid cuatro años después con un concierto “intimista” El domingo actúa en los Teatros del Canal

Pilar Álvarez
La fadista Mariza.
La fadista Mariza.Cristóbal Manuel

A Mariza le gustaría volver a aquellos años. A Zalala, la taberna de sus padres, donde escuchó sus primeros fados mientras servía las mesas. A las escalinatas sinuosas y las casas de color pastel del humilde barrio de Morería (Lisboa) donde la señalaban como la niña “que cantaba diferente”. Regresa a los conciertos tras un año de retiro por el nacimiento de su primer hijo. “Me estaba volviendo un poco loca, no puedo vivir sin cantar, es algo que me alimenta”.

Le podía la añoranza, la saudade quizás. “He echado mucho de menos el escenario, a los amigos, al público”. Ahora, cuando interpreta, la fadista rubia platino siente que está en aquella primera taberna o en la estrecha tasca do Chico, en el barrio lisboeta de Alfama, por la que a veces se deja caer. Quiere dar las gracias. “Es un obrigado a los que me han servido como profesores sin saberlo en todos estos años”. A los espontáneos a los que escuchaba en las calles del barrio. “A esas personas que me han envuelto con la música y con el sentimiento del fado”.

De eso va su último disco, Fado Tradicional, y el concierto que ofrece este domingo en Madrid en el II Festival Fado en los Teatros del Canal (Cea Bermúdez, 1). “Es un espectáculo más intimista, quiero estar más cerca de la gente”, explica al teléfono desde Portugal. Su última actuación en Madrid fue en 2007, cuando cantó con Miguel Poveda en el Auditorio Nacional tras participar en la película Fados, de Carlos Saura.

Mariza (Maputo, Mozambique, 1973) ha mezclado el género portugués con casi todo: jazz, soul, blues, música clásica, flamenco. “Llevo 10 años haciendo festivales muy diferentes, el fado combina muy bien. Es una música muy portuguesa, sí, pero también muy universal”.

En España ha colaborado con Poveda, José Mercé, con Concha Buika y el productor Javier Limón. ¿Tiene a alguien más en mente? “Eso no se planea. La música no es algo cerebral ni matemático. Hay que sentir empatía, energía, corazón...”. Pausa. Sí, hay alguien con quien interpretaría hoy mismo, sin conocerlo. Pero “a los dioses no se les pide nada”. El dios es Paco de Lucía. “Me encantaría que tocara un fado para mí”.

Mariza es embajadora del fado. Cuando fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2011, una periodista escribió: “Por lo menos esto nos ayuda a subir la autoestima, ¿no?”. Se queda pensativa. “Increíblemente, en este momento tan gris en Portugal, la gente se acerca más a la cultura, a la música, al teatro, al fado, porque alimentan el alma”. No se le ocurre ningún fado para ilustrar la crisis ni se atreve a citar cuál es su favorito. “Es como decirle a una madre que elija a uno de sus cinco hijos...”.

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Desde que la Unesco les otorgó la distinción, siente que en su país hay más respeto por esta música nacida en los burdeles del siglo XIX. “Hay más gente que lo intenta estudiar, entender, cuidar. Ha sido muy importante para conquistar al público más joven, para que intenten conocer su historia y seguir adelante”. Promete un nuevo disco cuando termine la gira. Aún no hay detalles. “Sé que lo haré, pero aún no sé cómo. Primero tengo que sentirlo”.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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