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CLAUSTRE OBERT

Sorribes: “Los promotores han sido por lo general opacos y voraces”

El nuevo libro del profesor de Economía da pie a un debate sobre el urbanismo de Valencia

Valencia -
Josep Torrent, Ricard Pérez Casado, Josep Sorribes y Antonio Moreira (editor del libro).
Josep Torrent, Ricard Pérez Casado, Josep Sorribes y Antonio Moreira (editor del libro).JORDI VICENT

“Hay excepciones pero, en general, los promotores inmobiliarios se han caracterizado por su opacidad, voracidad y la connivencia con el poder político”, sostuvo este miércoles Josep Sorribes, profesor de la Facultat d’Economia de Valencia y autor del libro Mis queridos promotores: Valencia 1940-2011, en Claustre Obert, espacio de debate promovido por EL PAÍS y la Universitat de València.

Con motivo de la publicación del libro (Faximi Edicions Digitals), este foro reunió al propio autor, al exalcalde de Valencia Ricard Pérez Casado y al delegado de EL PAÍS-Comunidad Valenciana, Josep Torrent, que dialogaron con el público sobre el urbanismo de los últimos 70 años en Valencia, con sus luces y, sobre todo, sus sombras.

“Construir viviendas no es delito, el problema es cómo se han hecho y a qué precio”, enfatizó Sorribes en alusión a las miles de casas construidas durante la burbuja inmobiliaria. Un sobreexceso que hoy están pagando no solo los promotores inmobiliarios, sino también el sistema financiero, con fiascos como los de la CAM o Bankia. “Y el país que tenemos es el resultado de todo eso”, agregó.

Ricard Pérez Casado: “Leer este libro cura las enfermedades sociales”

El título elegido por Sorribes, plagado de ironía, precisa el autor, retrata la trayectoria de los grupos inmobiliarios. El profesor se detiene en los grandes hitos del urbanismo capitalino, desde la destrucción de L'Horta, la trágica historia de un barrio tan singular como el del Cabanyal o el solar de Jesuitas, que Sorribes aprovechó para corregir a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá: “El proyecto no eran tres tristes torres socialistas, como ha dicho ella alguna vez. El Plan Parcial de Rincón de Arellano [alcalde franquista de Valencia] preveía cinco torres de 30 alturas en esa parcela”.

Sorribes no está de acuerdo con aquellos que aseguran que Barberá ha salvado al Jardí Botànic, espacio amenazado por un macrohotel previsto en el solar de Jesuitas. Sorribes criticó también la época de los grandes Programas de Actuación Integrada (PAI), la polémica ampliación del puerto de Valencia o la ausencia, por mucho que el Consistorio se esfuerce en lo contrario, de un verdadero plan estratégico para la ciudad de Valencia. “Es un libro honesto, errores aparte, útil por la gran cantidad anexa con que cuenta”, describió el autor. “Si sirve para que esta ciudad sea menos kitsch, creo que se habrá cumplido mi objetivo”, deseó.

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Ricard Pérez Casado, exalcalde de Valencia por el partido socialista, que tuvo a Sorribes como jefe de gabinete durante su mandato al frente de la capital, destacó del autor su pasión por la ciudad y enfatizó que “leer el libro de Sorribes cura muchas enfermedades sociales, es un desinfectante”, destacó. Mis queridos promotores es además un excelente paseo por la memoria histórica más reciente.

Torrent: “Es contra el olvido, para no cometer errores del pasado”

Para Josep Torrent, delegado de EL PAÍS-Comunidad Valenciana, el libro de Sorribes revela que a “Pep le duele la ciudad, no solo en este libro sino en todos los anteriores”. Al igual que Pérez Casado, Torrent coincidió en que es una obra “contra el olvido” y que conviene tenerla en cuenta para evitar que se repitan errores del pasado. El periodista destacó que el libro de Sorribes retrata esa Valencia dual que existe.

Durante el debate posterior, el autor rescató de su libro, lleno de citas, gráficos, imágenes y referencias periodísticas, algunas citas de personajes del mundo de la promoción inmobiliaria para caracterizar el sector de la promoción inmobiliaria. Así, el presidente de la Asociación de Promotores, Benjamín Muñoz, llegó a decirles a los promotores “a modo de justificación, que había barra libre”, en referencia a cómo las entidades financieras poco menos que invitaban a los promotores a comprar más y más suelo durante la burbuja.

“En la medida que este trabajo permanezca en la Red [en la edición digital], los lectores podrán encontrar aquí las claves para entender su inmediato pasado y evitar el memoricidio habitual”, advierte el autor en el epílogo de su libro.

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