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“No os he podido dar una maravillosa vida juntos”

La parricida de Lloret escribió cartas a sus hijos y a la policía tras el doble crimen que se juzga en la Audiencia de Girona

La británica Lianne Angela Smith, presunta homicida de sus dos hijos, de cinco años y once meses, el 17 de mayo de 2010 en un hotel de Girona, a su llegada a la Audiencia de Girona.
La británica Lianne Angela Smith, presunta homicida de sus dos hijos, de cinco años y once meses, el 17 de mayo de 2010 en un hotel de Girona, a su llegada a la Audiencia de Girona.ROBIN TOWNSEND

Lianne Smith, la mujer que mató a sus dos hijos en un hotel de Lloret en 2010, les escribió una carta que dejó junto a la cama en la que yacían los niños muertos. “No os he podido dar una maravillosa vida juntos”, lamentaba la parricida, que acababa de asfixiar con una bolsa de plástico a Rebecca, de cinco años, y a Daniel, de 11 meses. Smith se ha negado a responder a las preguntas del fiscal en el primer día de juicio en la Audiencia de Girona y solo ha contestado a su abogada. Entre sollozos, ha repetido que pensaba que los servicios sociales ingleses le iban a quitar a los pequeños tras la detención de su pareja por delitos de pederastia.

En la sesión se ha podido ver un vídeo de la declaración judicial de Smith el mismo día de los hechos en una habitación del hotel Miramar, donde la mujer acabó con la vida de sus hijos. La parricida explicó que los tres días que la familia pasó en Lloret antes de los crímenes habían sido unas “vacaciones perfectas”, pero que ella sabía que tras los últimos acontecimientos habían llegado “al final del camino”.

Su pareja, Martin Smith, había sido detenido tras pesar sobre él una orden de búsqueda internacional por pederastia. Tras la detención, Lianne se enteró de que su pareja había figurado en la lista de los delincuentes más buscados de su país y que la policía británica consideraba “desaparecida” a su hija Rebecca después de que ambos se la llevasen a Barcelona en su huida de la Justicia. La mujer culpaba a su hija mayor, que tenía en ese momento 22 años, del destino aciago de la familia por “inventarse” que Martin había abusado sexualmente de ella. Martin Anthony Smith se ahorcó este enero en una prisión inglesa tras ser condenado por abusar sexualmente de su hijastra durante 10 años.

Lianne y Martin llegaron a Barcelona en 2007 huyendo de la Justicia. Cogieron un ferry desde Inglaterra hasta Francia y allí alquilaron un coche con el que se desplazaron hasta España para evitar figurar en una lista oficial de pasajeros, según el fiscal. Vivieron la mayor parte del tiempo en el barrio de Horta de Barcelona, donde ella trabajó como profesora de inglés hasta que él fue detenido el 7 de mayo de 2010.

Aunque la mujer no ha contestado a las preguntas del fiscal, este las ha leído en voz alta para realizar un relato de lo sucedido los días anteriores a los hechos. Ocho días después de la detención, Lianne dejó su teléfono móvil apagado en casa y desconectó el teléfono fijo. Con sus dos hijos, se desplazó hasta Lloret e hizo una reserva en el hotel Miramar por cuatro noches, del sábado 15 al miércoles 19 de mayo. El lunes por la noche dio de cenar a los pequeños y los acostó. Una hora después, a las 9, cogió una bolsa de plástico y asfixió primero a su hijo Daniel y luego a su hija Rebecca mientras los tenía en sus brazos.

Tras comprobar que estaban muertos, la mujer escribió una carta dirigida a la policía en la que decía que su pareja era “inocente” y que su hija mayor, Sarah, era “la culpable” de todo por denunciar a Martin Smith. Lianne intentó suicidarse y en esa carta terminaba explicando que quería que la incinerasen con sus hijos. Intentó primero asfixiarse con la misma bolsa de plástico que había utilizado con los pequeños, pero no lo logró. Luego probó con una cuchilla de afeitar y con un cable de teléfono. Finalmente, sumergió la cabeza en agua para ahogarse. Nada funcionó. “¿Por qué está usted hoy aquí mientras que sus dos hijos están muertos?”, le ha preguntado el fiscal. Daniel y Rebecca fueron enterrados en un nicho municipal del cementerio de Lloret. Ningún familiar acudió al entierro.

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