La primera fusión municipal arranca con una fuerte división política

El presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, siempre hizo hincapié en que sus ansias de reducir el mapa municipal y fusionar ayuntamientos deben traducirse en “procesos voluntarios”, nunca impuestos. Así lo exige además la Ley de Régimen Local. Pero el primer proyecto de unión de dos territorios en 40 años, los municipios coruñeses de Oza dos Ríos y Cesuras, ambos con mayoría absoluta del PP, va camino del fracaso ante la negativa de los alcaldes a sentarse a dialogar con los grupos de la oposición. Y ello pese a necesitar imperativamente un consenso en Cesuras, donde no basta la mayoría conservadora para aprobar la fusión.

El PP de ambos ayuntamientos aprobó ayer en solitario la exposición al público del estudio de viabilidad elaborado por la Diputación. Hay 20 días para presentar alegaciones. Es el primer paso de un proceso que se anuncia más largo y tortuoso de lo previsto por el titular de la Xunta cuando lo anunció a bombo y platillo, en marzo pasado, en el debate sobre el estado de la autonomía.

Los plenos municipales, celebrados ayer simultáneamente, fueron tensos. Sobre todo en Cesuras, donde derivó en fuerte bronca y el voto en contra del BNG (tres ediles) y la única concejal del PSdeG En un salón de plenos abarrotado de vecinos, hubo constante interrupciones entre aplausos y reproches. Una persona fue desalojada por lanzar “insultos”. El alcalde, Julián Lucas, que se negó en redondo a dejar a la oposición argumentar sobre un documento que aún tardará unos cuatro días en difundir, tuvo incluso que imponer una pausa de varios minutos “para calmar los ánimos”.

El estudio de viabilidad no concreta las cifras de la integración

El enfado de los grupos de la oposición es creciente. Y redobla sus reticencias a la fusión. También en Oza, aunque socialistas (segunda fuerza) y nacionalistas finalmente se abstuvieron a la exposición al público de un documento que ven falto total de rigor y un simple relato —“más propio de un articulista que de técnicos”— de promesas de hipotéticos futuros proyectos y obras si hay fusión. “Tiene una clara intencionalidad de manipulación”, denunció Pilar Pedreira, portavoz socialista en Cesuras. La falta de información y la insistencia de los alcaldes en aplazar continuamente todo debate con la oposición sobre una fusión que quieren zanjar en enero de 2013 subleva a socialistas y nacionalistas. “La fusión no se decide en un despacho”, recriminó José Manuel Sanmartín, del PSOE de Oza. “Es una fusión por la fuerza, una dictadura”, coincidió Lito Vázquez, portavoz del Bloque en Cesuras.

Este último es el municipio más pequeño y débil pero donde se concentra el mayor rechazo, también vecinal —se creó una plataforma— a una unión con Oza. Su alcalde, Julián Lucas, pese a necesitar el voto de al menos un edil de la oposición para aprobar la fusión, prefiere ir casa por casa para recabar apoyos y arroparse por la cúpula del PP y de altos cargos de la Xunta de Feijóo o incluso de la ministra de Fomento, Ana Pastor. Como en la gran cena en un restaurante del pasado viernes, convocada bajo las siglas del partido, y en la que los conselleiros Agustín Hernández y Beatriz Mato hicieron promesas de obras, como un hipotético centro para mayores, con cargo a los presupuestos gallegos de 2014. En el estudio de viabilidad de la fusión, elaborado por técnicos de la Diputación, también predomina la inconcreción. No incluye ningún informe económico-financiero sobre lo que supondrá esa unión municipal. Los dos alcaldes aseguran que no se suprimirán empleos y se conservarán las dos casas consistoriales. El estudio, en el apartado de gastos de personal, redactado en condicional, calcula que la fusión “ahorraría” 50 o 70 mil euros en ese capítulo. Pero no hay cuadro de personal ni mención de servicios que se suprimirían para evitar duplicidades.