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La planta de basuras de Alicante vulnera el control de los lixiviados

Las balsas están a rebosar cuando no deberían superar la mitad de su capacidad Colectivos ecologistas y vecinales denuncian los hechos ante la Consejería

Vista interior de la planta de tratamiento de residuos de Fontcalent, en Alicante.
Vista interior de la planta de tratamiento de residuos de Fontcalent, en Alicante.pepe olivares

Colectivos cívicos, ecologistas y vecinales han presentado una denuncia contra la concesionaria de la planta de basuras de Alicante, la mercantil Inusa, por un supuesto incumplimiento de las medidas de control y vigilancia de los residuos contaminantes que genera la instalación, en este caso los lixiviados (líquido contaminante producido por la descomposición de la materia orgánica presente en las basuras).

Según los denunciantes, las dos balsas donde se vierten estos líquidos están a rebosar, cuando la normativa vigente recoge que en ningún momento deben superar la mitad de su capacidad. Esta medida preventiva se impone para asegurar que, en el supuesto de un episodio de lluvias intensas, las balsas de lixiviados no rebosen y puedan provocar vertidos a los cauces de los alrededores.

Los denunciantes aseguran que Dirección General de Calidad Ambiental de la Consejería de Infraestructuras concedió el pasado 21 marzo una Autorización Ambiental Integrada (AAI) a la empresa que explota la planta de basuras. En el apartado de lixiviados, la AAI impone, entre otros condicionantes, un control y vigilancia mensual de la composición y volúmenes producidos y que la balsa se mantendrá en todo momento por debajo de la mitad de su capacidad.

“Tras una inspección visual realizada el 30 de mayo y 1 de junio de 2010 hemos comprobado que las dos balsas de lixiviados están casi completamente llenas, incumpliéndose de forma flagrante la anterior condición”, recoge el texto de la denuncia. Los colectivos también adjuntan fotos captadas en esos días “para dar fe de esa realidad”.

Los denunciantes recuerdan que la condición de vigilancia y control de los lixiviados fue impuesta por la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) en su informe del 7 de diciembre de 2011. “Ya con anterioridad, la CHJ en una visita de inspección comprobó ese mismo hecho, es decir, que no estaba libre de ocupación como mínimo al 50%”, precisa la denuncia.

La denuncia está firmada por Carlos Arribas, en representación del grupo Ecologistas en Acción del País Valenciano; Vicente Aracil, en representación de la Coordinadora de Asociaciones y Colectivos de las Partidas Rurales; y Emilio José Roseillo, de la asociación Salvem Fontcalent. Estos colectivos mantienen en los últimos años una constante oposición a la actividad de la planta que, en su opinión, incluye numerosas irregularidades con efectos negativos tanto para el entorno natural (contaminación de los acuíferos) como para la salud de personas.

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Estas entidades han arreciado sus críticas a la instalación a raíz de la decisión del equipo de gobierno del PP de autorizar la llegada de basuras de fuera del municipio. Sostienen que la planta está ya “saturada” solo con los residuos que genera el municipio de Alicante (unas 150.000 toneladas de basuras al año). “Duplicar la cantidad de residuos sería volver a la situación de años anteriores, cuando la basura se vertía en las celdas del vertedero”, señaló Carlos Arribas.

La planta de Fontcalent solo recupera el 2,16% de los materiales que recibe, cuando debería ser del 40%, según los colectivos denunciantes. Además, estos grupos destacan que la instalación entierra el 75% de los residuos que llegan a la instalación por su escasa “eficiencia”.

Estos colectivos llevarán al Parlamento Europeo su batalla contra la llegada de basura ajena a la planta. Para ello, han iniciado una campaña de recogida de firmas que enviarán al Comité de Peticiones de la Eurocámara. Los impulsores de la iniciativa destacan que la planta de Fontcalent, operativa desde 2005, contó con 17 millones de fondos de cohesión europeos. “Esos traslados masivos de residuos, que han sido aprobados por el Ayuntamiento de Alicante, con el visto bueno de Inusa, sobrepasan la capacidad de tratamiento de la planta y están colmatando las celdas del vertedero”, recoge el escrito de recogida de firmas.

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