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Música a tope en Ontinyent

Del rock al 'folk' y del 'ska' al pop, más de 20 formaciones invaden cada fin de semana la escena musical de Ontinyent

Músicos de Guardia en Los Domingos al Sol en Jauja Park, en Ontinyent.
Músicos de Guardia en Los Domingos al Sol en Jauja Park, en Ontinyent.

Destilan su alquimia de folk, pop y rock mientras los niños juegan entre los columpios. Su sonido sabe a guitarra eléctrica y a pedal steel, a dobro y mandolina, a Bob Dylan y Los Secretos. Imprescindibles las gafas de sol entre quienes tocan y quienes les escuchan. Es la una del mediodía y la actuación de Músicos de Guardia forma parte de Los Domingos al Sol en Jauja Park, una de las múltiples iniciativas que cada fin de semana llena la capital de la Vall d’Albaida de música en vivo.

La banda que lideran Pablo Gisbert y Roberto Mollá,de Ontinyent, tardó cinco años en grabar su primer disco, Gestos de Rock, y para masterizarlo se fueron a Nueva York. Todos sus miembros, excepto el vocalista, viven ya de la música.

Ajena a la crisis que ha esquilmado su tejido industrial, la ciudad vive una primavera musical con la proliferación de grupos que tratan de hacerse un hueco y que sirven sus propuestas sonoras como dinamizador económico y cultural.

La ciudad vive una auténtica primavera musical

Por el escenario del parque Mestre Ferrero —un nombre ilustre de la composición de marchas moras y cristianas—, donde tienen lugar los conciertos dominicales, han desfilado en los últimos meses desde las audaces versiones de clásicos de Perales o Camilo Sexto que perpetran los chicos de Ecos de Sociedad, a la rumba aflamencada de Amanita Suite o el exquisito vodevil-burlesque de Limboteque, según la crítica, uno de los grupos revelación del año.

Camilo González, guitarrista de esta ecléctica formación que ya va por su tercer trabajo, Folkabaret, y ex miembro de Alcohólicos Crónicos —banda mítica del Ontinyent de los 90— ayuda a hacer cuentas. Salen más de 20 grupos locales. Los hay como Helsinki, en plena gira de su primer disco, Cuando las palabras hablan, con un sorprendente vídeo promocional. Otros como Tashkenti, Atzukat, Auxili, Mal Abuso, Red Roja, la Trocamba Matanusca, El Corredor Polonés, In Pena o Veus del Desert, con estilos que van del ska al folk, pasando por el punk rock, el metal o los ritmos balcánicos, tienen el sello de la veteranía.

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En Ontinyent hay tres escuelas de música moderna

No es el caso de Pink Paraband, banda de pop adolescente cuyos componentes aún no han cumplido la mayoría de edad y que llevan años formándose en Ad Libitum, una de las tres escuelas que imparte música moderna en Ontinyent, cantera y pieza clave para entender este fenómeno.

“Nunca ha habido tanta cantidad de grupos ni tanta calidad como ahora”, señala Lluís Muñoz, uno de los dos directores del centro. “Aquí siempre ha habido grupos, el problema es que no evolucionaban porque no podían formarse. Antes sólo estaban las bandas y el conservatorio y hoy se puede estudiar jazz, blues, rock, cualquier estilo y cualquier instrumento y con profesores cualificados. Esa es la gran diferencia”, concluye.

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