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‘Decibelios euforizantes’

Tres bandas guitarreras llevan a 900 aficionados a la música a la catarsis en Ocho y Medio

Frente a la hecatombe del bolsillo y la adormidera balompédica existe la inteligente alternativa de subir el volumen de los amplificadores y dejarse arrollar por la electricidad. Tres bandas guitarreras lo demostraron anoche en una sala Ocho y Medio entregada (¡900 asistentes!) a la catarsis. Havalina era la formación más consolidada, pero muchas miradas se posaron en el adelanto de algunas piezas de III, la inminente nueva entrega de Toundra. El cuarteto madrileño de rock metalero instrumental se devana tan poco los sesos con los títulos como Soft Machine, pero sus furibundas descargas son tormentas eléctricas que apenas encuentran hueco para escampar. Más despiadados que Explosions in the Sky, expeditivos como Mogwai, siguen fieles a su guion con las aún inéditas Ara Caeli o Marte.

Antes habíamos asistido al miniconcierto del estupendo y corajudo sexteto barcelonés The Last 3 Lines, banda para cuya pertenencia es casi obligatoria la estética hirsuta. Si empezaron como formación de garaje, hoy ya han tomado la autopista e infringen los límites de velocidad. Con ese pulso setentero que remite a Marc Bolan, imposible mantener los pies quietos.

Así, pasadas ya las diez, Manolo Cabezalí y sus compinches de Havalina se encontraron una sala vivificada y receptiva al rock crudo, duro y a veces épico de su disco Las hojas secas. El trío atesora varias piezas relevantes (Sueños de esquimal, Tu ciudad) y esta semana entra a grabar un álbum que ahonda, intuimos, en su universo de angustias vitales.

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