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Un kilómetro de fiesta y 500 artistas en el Paral·lel

La jornada festiva busca dignificarlo y reivindicarlo como un espacio cultural y de ocio en Barcelona

Una giganta paseando, ayer, por la avenida del Paral·lel.
Una giganta paseando, ayer, por la avenida del Paral·lel.TEJEDERAS

La avenida del Paral·lel se transformó ayer en un escenario de celebración. Desde primera hora de la mañana el asfalto de una de las vías más conocidas de Barcelona cambió los vehículos por las personas, que se acercaron a disfrutar de algunas de las actividades culturales y de ocio para todas las edades y gustos que se celebraron durante todo el día.

Ayer los atascos eran de personas, no de automóviles. Se pudo disfrutar de una tertulia sobre teatro; presenciar exhibiciones de capoeira, hip-hop y bollywood, y asistir a variados conciertos que iban desde la música jazz al folclore chileno. Un total de 500 artistas participaron en los actos.

Los puntos fuertes de la jornada se centraron en el interior de los teatros Artèria Paral·lel, Condal, Sala Apolo, Victòria y El Molino, que por la mañana celebraron una jornada de puertas abiertas y por la tarde ofrecieron un rebaja del 50% en sus espectáculos y colgaron el cartel de “no hay billetes” en todos ellos.

“Estamos desbordados”, aseguró al caer la noche Pilar Mijangos, vicepresidenta de la Fundación El Molino (FEM), una de las entidades organizadoras. Las expectativas eran altas, puesto que el objetivo de la FEM era superar las más de 150.000 visitas que lograron el año anterior.

La jornada, que este año celebraba su tercera edición, está organizada por la Fundación El Molino en colaboración con el Ayuntamiento de Barcelona y asociaciones de comerciantes y vecinos de la zona. A pesar del éxito anterior, hace dos meses la crisis estuvo a punto de impedir su celebración. “Nos hemos tenido que adaptar a un nuevo presupuesto”, aseguró Mijangos.

La jornada festiva, que nació, según la vicepresidenta de la FEM, del olvido de la zona por parte de las instituciones, busca “dignificar el Paral·lel” y reivindicarlo como un espacio cultural y de ocio en Barcelona. Mijangos apunta incluso que una mejora del barrio podría ayudar a descongestionar La Rambla. “Queremos dejar de ser una frontera entre barrios para convertirnos en una bisagra”, explicaba ayer.

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