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Sr. Chinarro estrena en Pontevedra sus nuevos temas

Su disco '¡Menos Samba! acumula cuatro nominaciones a los premios de la música independiente

Recién llegado del Primavera Sound, hay mucha música nueva en la cabeza de Antonio Luque, el músico, escritor y bloguero tan conocido por su nombre como por el de Sr. Chinarro, el proyecto sonoro que formó en Sevilla en 1990 y que viste, casi en cada canción, de un ritmo distinto. “Acabo de ver en Barcelona que ahora hay muchos grupos usando sintetizadores, teclados y cajas de ritmos. Parece un revival de los ochenta, pero también ocurre que, como ahora es muy difícil que un sello te pague un disco, cada uno se lo monta con su ordenador y después lo traspone fácilmente a los directos con dos o tres personas en el escenario. Estoy pensando en Beach House, que me recuerdan a un montón de bandas, y creo que voy a hacer cosas por el estilo”, responde Luque.

La pregunta era qué le iba a apetecer probar ahora, tras la miscelánea de ¡Menos Samba! (2012), que en estos momentos acumula cuatro nominaciones en los Premios de la Música Independiente. “Me dedico más a los discos más recientes, pero siempre hay que escoger y hacerlo con ganas, en el Primavera vi a Robert Smith desganado en ese recital de tres horas que me pareció agotador, para The Cure y para el público”.

Única fecha en Galicia

Los cabreos irónicos de Luque y su finura como cronista de la cotidianeidad son la columna vertebral de un disco al que dedicará parte de su próximo directo, el sábado 9 de junio en la sala Karma de Pontevedra (22.30 h), única fecha gallega. “Todo me deja perplejo, como esta forma de ser que siempre nos hace querer tener más cuando hay tanta gente que no tiene para comer, y no puedo parar de pensar; el que haga tantas cosas también es oficio, en gran medida, y que tengo una buenísima memoria, aunque a veces me gustaría ser un mamífero menos desarrollado y descansar más para que las relaciones personales no se resientan tanto, concluye al teléfono desde Málaga, donde reside.

Tras la gira y los festivales, su frenesí le abocará, al término del verano, a arreglar las 20 canciones nuevas que ha ido componiendo. Al tiempo, retomará la escritura de su segunda novela después de Exitus (El Aleph, 2012). “Todos los compositores, escritores o como quieras llamarlo, rellenamos los agujeros del espíritu con un montón de palabras porque es nuestra manera de comunicarnos; para mí, que soy tan raro, es un misterio que la gente se identifique conmigo”.

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