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El sello Unesco, cuestión de imagen

Los expertos coinciden en que la retirada del título de Patrimonio Mundial a los monumentos de Sevilla solo tendría un efecto limitado sobre el turismo

Reyes Rincón
Turistas se fotografían con la Giralda y la Catedral de Sevilla.
Turistas se fotografían con la Giralda y la Catedral de Sevilla.PÉREZ CABO

En medio del confuso argumentario sobre la Torre Pelli que ha mantenido el PP desde que llegó a la alcaldía de Sevilla se ha escuchado un mensaje firme: “No vamos a permitir que la Catedral, el Alcázar y el Archivo de Indias pierdan el sello de Patrimonio Mundial”. Lo único que el gobierno de Juan Ignacio Zoido no quería que ocurriera es justo lo que parece que tiene ahora más posibilidades de ocurrir. La propuesta de resolución que votará a finales de mes el Comité de Patrimonio Mundial de la Unesco pasa por incluir los tres monumentos en la lista de patrimonio en peligro debido al impacto de la torre diseñada por César Pelli.

La posibilidad de que Sevilla sea excluida del club Unesco es ya algo más que una hipótesis. El Centro de Patrimonio Mundial fija unas condiciones difícilmente asumibles a estas alturas (la primera, parar la obra antes del 15 de agosto) como única forma de evitar la expulsión, por lo que si las obras continúan y no se replantea el diseño del edificio, es muy probable que los tres monumentos dejen de ser Patrimonio Mundial. ¿Puede Sevilla permitírselo? En opinión de los expertos consultados, sí, aunque tendría que buscar fórmulas para contrarrestar los efectos negativos.

La declaración de Patrimonio Mundial tiene pocas ventajas cuantificables, según admite Víctor Fernández Salinas, el secretario del comité español de Icomos (órgano asesor de la Unesco en materia de patrimonio). Hay un fondo económico para ayudar al mantenimiento de los bienes, pero se destina a países en vías de desarrollo que tienen problemas para mantener sus monumentos. A Sevilla nunca ha llegado este dinero, admite Fernández Salinas, que explica que no hay ayudas ni otros beneficios tangibles.

Dresde contrarrestó la expulsión con una campaña de publicidad

La principal consecuencia de la retirada del sello sería, según los expertos, el posible efecto negativo para la imagen de la ciudad. “Entrar en la lista de patrimonio en peligro es ya un desprestigio”, advierte el secretario de Icomos. Y, cuando se habla de mala imagen, la principal preocupación es la repercusión económica que pudiera tener, sobre todo en lo relativo al turismo.

El sello Unesco se ha convertido en una especie de marchamo de calidad turística que, aunque nadie ha concretado en qué se traduce, todas las ciudades quieren. “Salir de la lista no sería una buena noticia. Es una marca que tiene cierta consolidación y se asocia a destinos importantes desde el punto de vista cultural”, afirma Santiago Padilla, gerente de la Asociación de Hoteleros de Sevilla. “Pertenecer al club es un dato positivo y dejar de hacerlo, no”.

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Sin embargo, Padilla cree que Sevilla como destino turístico estaba consolidado mucho antes de 1987, el año en el que la Catedral, el Archivo de Indias y el Real Alcázar fueron declarados Patrimonio Mundial, y que la posible expulsión no condicionaría la elección de los turistas que se puedan plantear viajar a Sevilla. El propio secretario de Icomos coincide en que Sevilla mantendría su tirón si la Unesco le incluye en su lista negra. “Es obvio que la imagen de la ciudad se resentiría. Pero Sevilla no pierde esos monumentos, van a seguir estando y creo que seguirían recibiendo muchas visitas”, señala este profesor de Geografía Humana que es también un miembro destacado de ¡Túmbala!, la plataforma que aglutina a los detractores de la Torre Pelli.

El Ayuntamiento ha preferido no pronunciarse sobre las consecuencias que tendría salir de la lista hasta que la decisisón de Icomos no sea firme. Desde la oposición, el portavoz adjunto del PSOE, Antonio Muñoz, insiste en la línea conciliadora que ha seguido en los últimos días su grupo: “No es momento de pedir responsabilidades, sino de aprovechar el margen de maniobra que hay hasta el comité de la Unesco”, afirma el socialista que, advierte, con todo, que se ha perdido un tiempo “fundamental” en para defender que la torre y el sello patrimonial son compatibles.

Pero si la Unesco consuma su amenaza, Muñoz, que fue director de Turismo de Sevilla y director general de Planificación y Ordenación Turística de la Junta, está convencido de que el efecto sobre el turismo será “prácticamente nulo”. “La mayoría de los que nos visitan eligen el destino Sevilla y cuando ya tienen los billetes y se leen la guía se enteran de que es Patrimonio Mundial”, sostiene. “Está claro que estar en la lista suma, pero no me parece que no estar vaya a restar”, añade Muñoz, que cree que, llegados a este punto en el que parece inevitable elegir entre torre o Unesco, serían más dramáticas las consecuencias de tumbar el rascacielos. “¿Qué mensaje estaríamos lanzando a los inversores, que seguridad jurídica transmitiríamos? Las consecuencias para nuestra imagen serían nefastas”.

Sobre los efectos nimios en el turismo, Muñoz pone el ejemplo de Dresde, la ciudad alemana que en 2009 dejó de ser Patrimonio de la Humanidad por desoír las objeciones a la construcción de un puente sobre el río Elba. “Dresde sigue siendo un referente para el turismo de Sajonia”, apunta. Cuando se certificó su expulsión, Dresde desplegó una agresiva campaña de publicidad para exponer las excelencias del municipio para el turismo. “Quizás sería bueno hacer esto también en Sevilla si al final ocurre lo que no queremos que ocurra”, dice Muñoz. El gerente de los hoteleros sevillanos va más allá y cree que las referencias que ya se están haciendo a Sevilla y las que se vayan a hacer si se confirma la expulsión pueden tener su contrapartida positiva: “En publicidad lo importante es que se hable de ti, aunque sea mal” advierte.

La orujera compromete a Baeza

ginés donaire

La ciudad monumental de Baeza (Jaén), declarada Patrimonio de la Humanidad en 2003 junto a la vecina Úbeda, tendrá que someterse el próximo año a la evaluación del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos). Y no lo va a tener fácil. El impacto paisajístico que producen los humos de la industria orujera compromete seriamente la continuidad de esta joya del Renacimiento en la lista de Patrimonio Mundial.

Según el documento aprobado en su día por Icomos, la fachada sur de La Loma, la que mira a Mágina y al valle del Guadalquivir, se catalogó como Zona de Especial Protección Paisajística, lo que obligaba al municipio a acabar con los intensos humos que desprende la industria Oleícola Jaén. Pero, casi una década después, apenas se ha avanzado. “La ciudad está invadida por los humos, sobre todo cuando azota el viento de Levante”, admite el alcalde baezano, el socialista Leocadio Marín.

El Ayuntamiento y la empresa acordaron en 2007 el traslado de la orujera fuera del municipio en un plazo de cuatro años, pero ese acuerdo aún no se ha podido cumplir y, lejos de clarificarse, el conflicto se ha estancado en medio de una auténtica maraña judicial. La última semana, la Policía Local de Baeza intentó, sin éxito, el precintado de parte de las instalaciones acatando una sentencia judicial. Pero la empresa entiende que el alcalde se ha excedido en sus competencias y va más allá del precintado parcial de febrero de 2011. “El cierre perjudica a todas las partes, empresa, trabajadores y ciudadanía”, expone Luis Carlos Morillo, gerente de Oleícola Jaén. El alcalde ha puesto en conocimiento de la Fiscalía la negativa de la orujera al precintado de sus instalaciones, mientras que la industria llevará el caso al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía.

El impacto de los humos de esta planta dedicada al secado del alperujo —un residuo del olivar— es motivo de queja de los muchos turistas que recibe Baeza, como admite su alcalde. También el delegado de Medio Ambiente en Jaén, Moisés Muñoz, ha aludido a la “mala imagen” que producen estos gases, que no son contaminantes y que en un 95% son de vapor de agua. Ahora bien, según el delegado, de las tres torres que componen la orujera, dos no están autorizadas pero la tercera, la que funciona con el extractor correspondiente, “tiene todos los parabienes desde el punto de vista legal y medioambiental”.

Así las cosas, el examen al que se someterá la ciudad el próximo año se presenta como una dura reválida para las autoridades municipales.

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Sobre la firma

Reyes Rincón
Redactora que cubre la información del Tribunal Supremo, el CGPJ y otras áreas de la justicia. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactora de información local en Sevilla, corresponsal en Granada y se ha ocupado de diversas carteras sociales. Es licenciada en Periodismo y Máster de Periodismo de EL PAÍS.

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