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Aguirre premia a los comerciantes de Sol por “soportar” al Movimiento 15-M

La Comunidad concede el Premio a la Tolerancia a los tenderos que convivieron con la acampada

Esperanza Aguirre posa con los premiados.
Esperanza Aguirre posa con los premiados.COMUNIDAD DE MADRID

Los comerciantes de la Puerta del Sol demostraron una “entereza admirable” en los momentos “más adversos de la ocupación ilegal que tuvimos que soportar el año pasado”. Con estas palabras, la presidenta Esperanza Aguirre ha entregado esta mediodía uno de los premios a la Tolerancia por su papel durante la acampada del 15-M de 2011. Durante un mes, decenas de participantes del movimiento ocuparon la plaza central de España. Ellos, desde sus comercios, les veían día tras día. Pidieron apoyo a las Administraciones, clamaron por sus pérdidas y solicitaron una solución que tardó en llegar. Un año después, tras un aniversario con movilizaciones pero sin acampadas, los propietarios de los negocios del kilómetro cero han recibido un trofeo con una t (de tolerancia) del tamaño de una mano. No incluye cuantía económica.

“Quizás no sepan ustedes lo merecido que sea este premio… Solo somos una representación de los empresarios indignados de la zona, y este reconocimiento nos alivia un poco de lo sufrido. Porque se lo puedo asegurar, se sufrió”, ha declarado uno de los representante de los comerciantes de Sol, Félix Iván Asenjo, al recibir un galardón que en años anteriores fue para Reporteros Sin Fronteras o Raúl Rivero.

La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, entrega del Premio a la Tolerancia a la presidenta de AVT, María Ángeles Pedraza.
La presidenta de la Comunidad, Esperanza Aguirre, entrega del Premio a la Tolerancia a la presidenta de AVT, María Ángeles Pedraza.EFE

Su quiosco, que da a la calle de Preciados y pertenece a la familia desde antes de la Guerra Civil, tenía dos casetas del 15-M apoyadas sobre sus laterales. “La vegetariana y la de la tolerancia”, ha recordado. Asegura que una mañana su hermano tuvo que retirar a una pareja que estaba “haciendo el amor” para poder abrir las puertas. El día que vio bombonas de butano para cocinar, pensó: “Esto va a saltar por los aires y el quiosco va a acabar en el reloj”. Recuerda mañanas de olor “a porros y vino, como una gran botellona” y acusa a los acampados de “intolerantes”. “No te dejaban hablar con libertad”. Recuerda lo vivido como un calvario” y contabiliza hasta 12.000 euros de pérdidas en un mes, “un 70% de la facturación”, según sus estimaciones. “No hemos recuperado ese dinero, pero me doy por pagado con este reconocimiento”, añade. Su “espinita” es que “los acampados se fueron cuando quisieron ellos, no fueron desalojados”.

“¿Qué dan? ¿Una placa?”. Apostada en la ventana de su negocio, una casa de loterías que lleva “toda la vida” entre Preciados y Montera, Paloma de Marco se ha enterado de que recibían un galardón al ser preguntada por EL PAÍS. “Que me den un premio por aguantar que me flagelen, por todo lo que pasamos, no sé qué decirte, no me parece”, ha protestado. “Ni el Ayuntamiento, ni la Comunidad ni la delegada del Gobierno [la anterior, Dolores Carrión, que representaba al PSOE] hicieron nada por evitar la acampada”. De Marco no ha querido contabilizar las pérdidas, pero sí ha dado detalles de las molestias.

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“He visto a gente fumando, follando, dándose masajes… ¿Os acordáis?”, pregunta a las dependientas que sí, se acuerdan. Una de las tiendas de campaña, de color rojo, daba directamente a la puerta de su negocio. “Todos los días, como a la una de la tarde, se levantaba un chico y salía de allí en calzoncillos”, explica. Recuerda el olor “horrible” y la presencia “de ratas” por la plaza. “Las manifestaciones deberían ser en la Moncloa, para que le afecten directamente al presidente de turno”, ha añadido la propietaria del negocio de loterías. A su lado, en la veterana Casa de Diego, especializada en paraguas y abanicos y situada en la esquina de Sol con la calle de Montera, un encargado era rotundo: “Acabamos hasta las narices del 15-M”. No ha querido hacer más comentarios.

En la esquina con Arenal, Luis Martínez, propietario de Lanas Alondra, se muestra algo más conciliador. “Todos teníamos la impresión de que podía salir algo positivo del 15-M, aunque luego no fue así, un año y medio después no tengo aún ni idea de lo que querían”, ha explicado apoyado en el mostrador del negocio, con las paredes decoradas profusamente con labores y cuadros de petit point. “Mi clientela, que son principalmente mujeres mayores, se asustó y no vino durante semanas”. También recuerda los malos olores, los “perros y los colchones viejos” pero no problemas con los acampados. “Casi todos fueron pacíficos”. El premio a la Tolerancia le parece “un lavado de cara” y protesta porque la asociación de comerciantes “no se está moviendo”. Los tenderos no han recuperado las pérdidas que tuvieron durante la acampada.

"Lo mejor de la ciudadanía madrileña"

“Tolerante es quien respeta lo que no comparte, y si algo caracteriza a Madrid es su espíritu tolerante y abierto. Es lo que ha hecho de esta región un lugar acogedor y donde caben todos los proyectos e ideas. Como queremos que la tolerancia sea nuestra mayor muestra de identidad, por eso le transmitimos a los comerciantes que son un modelo de integridad y tolerancia, incluso en situaciones en las que sus negocios corrieron riesgos. Encarnan lo mejor de la ciudadanía madrileña, con su templaza admirable”, ha dicho hoy Aguirre sobre los negociantes de sol en un acto en el que el terrorismo y los movimientos ciudadanos se han mezclado.

Arturo Fernández, presidente de la Cámara de Industria y Comercio y vicepresidente de la CEOE, también ha aprovechado el acto para criticar a los indignados que el 15 de mayo de 2011 sorprendieron a la clase política plantándose, y echando raíces, en el kilómetro cero. “El comercio de Madrid tuvo que aguantar pérdidas de entre el 70% y el 80% en la Puerta del Sol, y dejó sin trabajar a más de 1.500 personas de la campaña primavera-verano”, ha asegurado el empresario. “Los comercios quedaron secuestrados y los indignados eran los comerciantes, los escaparates se convirtieron en soportes de carteles y las entradas de los comercios los refugios de los que no soportaban el sol”, ha añadido Fernández.

Víctimas del terrorismo

“Este año ha sido muy duro por lo personal y porque hemos tenido que ver cómo los amigos de los terroristas entraban en nuestras instituciones y se burlaban de todos”, ha dicho Ángeles Pedraza, en referencia a la entrada en el Congreso de Amaiur. La presidenta de la AVT, que perdió a una hija en los atentados del 11-M, también ha criticado que “muchos se preocupen por reinsertar a los terroristas antes que pensar en los víctimas”. Pedraza ha recibido una gran ovación de los asistentes en la Real Casa de Correos, que también se han dejado las palmas cuando les ha tocado reconocer a los empresarios de la zona.

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