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Bancos franceses empiezan a atender a ahorradores vascos angustiados

Sucursales de Hendaya reciben una oleada de consultas para trasladar el dinero al país vecino

Mikel Ormazabal
Una sucursal bancaria de Hendaya.
Una sucursal bancaria de Hendaya. JAVIER HERNÁNDEZ

La creciente salida de capitales de España hacia el extranjero por el miedo a la crisis está hallando también un cercano refugio en Hendaya. Los bancos franceses con sucursal en la localidad fronteriza han empezado a recibir una oleada de consultas de ahorradores vascos y navarros que reconocen estar angustiados con la situación financiera que atraviesa España.

Acuden en su mayoría con la intención de trasladar su dinero a aquel país, en la creencia de que lo van a tener mejor resguardado que en un banco español. La atención a clientes llegados básicamente de Gipuzkoa, Bizkaia y Navarra se ha multiplicado sobre todo en las dos últimas semanas, tras estallar el escándalo de Bankia, aseguran responsables de varias entidades bancarias francesas. Y destacan que se trata de un fenómeno que nunca se había dado hasta ahora con esta magnitud, aunque no pueden cuantificar las operaciones que han podido cristalizar. “La gente que viene está preocupada y cree que trayendo sus ahorros a Francia los coloca en un lugar seguro”, afirma Juan Antonio Alcocer, director de Kutxabank Francia.

“Parece que vienen de un país que va a entrar en guerra”, dice un empleado

Las sucursales bancarias de Hendaya han notado en las últimas fechas un aumento en la apertura de cuentas de clientes españoles. Pero, sobre todo, lo que ha crecido de forma verdaderamente considerable son las peticiones de información de los trámites necesarios para alojar su capital en Francia. Así lo reconocieron responsables y empleados de cuatro entidades financieras consultadas anteayer en Hendaya por EL PAÍS, aunque solo Kutxabank aceptó que figurase su nombre.

Lo que está ocurriendo en Hendaya, una localidad fronteriza de 14.827 habitantes, de los que más de un tercio son de nacionalidad española, ejemplifica en una proporción ínfima los datos facilitados esta semana por el Banco de España sobre la masiva fuga de capitales del país en los últimos meses. En marzo salieron 66.200 millones de euros al exterior, casi el doble que en mayo de 2010, el techo hasta ahora. El hundimiento de Bankia, la desbocada subida de la prima de riesgo y la frivolidad con que algunos programas televisivos hablan del peligro de un corralito han alimentado esta situación, cree Alcocer.

Se busca seguridad

Los ciudadanos que están acudiendo a Francia para trasladar su dinero a ese país no responden a un perfil concreto. “Vienen mayores y jóvenes, personas muy informadas y otras sin ninguna cultura financiera”, explica Juan Antonio Alcocer. Tanto son jubilados que quieren expatriar los ahorros de toda su vida, como clientes con mucho dinero que buscan “diversificar”. La gran mayoría pregunta siempre si su capital queda resguardado por el Fondo de Garantía de Depósitos, que en Francia está fijado en un límite de 100.000 euros por impositor, al igual que ocurre en España. La diferencia es que el dinero ingresado en un banco del país vecino, incluso en cuentas de Kutxabank, pasa a ser considerado euro francés —“euro residente en Francia”, en la terminología bancaria—, lo que dejaría ese capital a salvo de una hipotética posibilidad de que España abandonase esta moneda.

Quienes han dado este paso, asegura el responsable de Kutxabank en el país vecino, no lo han hecho movidos por un deseo de buscar rentabilidad a su dinero, sino “con la única intención de garantizar su seguridad y liquidez”.

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Kutxabank Francia, que también cuenta con sedes en Bayona, Burdeos, Pau y Toulouse, ha llegado a recibir peticiones de clientes de Madrid, Barcelona, Málaga o Valencia a través de sus gestores en estas ciudades, aunque la mayoría son vascos y navarros. “Se han hecho muchas gestiones, aunque no sabemos cuántas prosperarán. Vienen muy preocupados”, reconoce su responsable. Y añade que la entidad intenta “aportar información y algo de raciocinio” para que el cliente “no tome la decisión por un impulso emocional. Nuestro mensaje es tranquilizador y realista”.

Responsables de otra sucursal, de sello francés, admiten estar sorprendidos con la afluencia de ahorradores españoles. “Parece que vienen de un país que va a entrar en guerra”, afirma un empleado. “En los últimos días estamos a tope con este tema. Da la sensación de que en el otro lado se ha instalado el pánico”. “Todo el dinero que dicen los periódicos que ha salido de España tiene que estar en algún lado”, apuntan fuentes de otra entidad. ¿En Hendaya? “En Hendaya también”, confiesan.

Hay quien ha decidido incluso cambiar su residencia a Francia, aunque se trata de “un caso muy puntual”. La mayoría acude con idea de trasladar su capital y depositarlo “al abrigo de lo que pueda pasar en España”, incide el director de Kutxabank Francia.

Este movimiento comenzó a apreciarse, con casos muy aislados, desde comienzos del año pasado, cuando la marca España fue empezando a perder prestigio. Las sucursales han constatado un fuerte repunte en las últimas fechas, aunque creen que esta fiebre es “exagerada” y no tiene “ninguna justificación”.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.

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