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Tocando el cielo de Chicago

Cinco andaluces de la Universidad de Sevilla logran el segundo puesto en un concurso de rascacielos celebrado en Chicago

Antonio Ares, Konstantino Tousidonis y Joaquín Rodríguez.
Antonio Ares, Konstantino Tousidonis y Joaquín Rodríguez.PÉREZ CABO

Pekín, año 2020. Cerca del China Wolrd Trade Center se yergue recién construido un nuevo rascacielos. Es un inmenso cilindro de más de 550 metros de altura y es el nuevo techo del país asiático. Tiene aspecto de estar sin terminar, pero es parte de la esencia del diseño. Cada planta puede desmontarse y ensamblarse de manera independiente con estructuras prefabricadas cada vez que se desee. Es un edificio vivo que alterna en sus 150 niveles viviendas, oficinas, museos, comercios e incluso parques, adaptándose a las necesidades demográficas y económicas del momento. Los únicos elementos inmutables son una estructura central hueca de hormigón armado que da estabilidad al complejo y de la que surgen varios anillos metálicos a distintas alturas. Si alguna vez se hiciera realidad este edificio, de ahí se colgarían las estructuras habitables con forma de disco.

Se trata de la Torre NODO, una idea de cinco jóvenes andaluces de la Escuela Superior de Arquitectura de Sevilla, que les ha valido el segundo puesto en el prestigioso concurso internacional de rascacielos Mock Firms 2012 que convoca cada año la revista Chicago Architecture Today. Para presentarse tuvieron que crear su propio estudio, al que han llamado ANDO (Andalucía Office Architecture), y establecer los roles de cada uno en la empresa. Han competido contra más de 100 equipos de arquitectos de 20 universidades del mundo y el objetivo era, según el director del proyecto, el linense Joaquin Rodríguez, “buscar la versatilidad” del edificio.

Los jóvenes han competido con más de 100 equipos de 20 universidades

“Y nada más versátil que una construcción que puede cambiar a bajo coste”, explica el joven arquitecto. “NODO tiene en su núcleo central, además de las conducciones de abastecimiento y elevadores, un inmenso ascensor para poder subir, desde un muelle de carga en el sótano, estructuras prefabricadas con las que se construirá cada planta circular según las necesidades del cliente. El piso cambiará cuando éste lo necesite sin alterar al resto”, asegura. Además, según han ideado los miembros de ANDO, estas preformas se fabricarán con los materiales de construcción tradicionales de cada país donde se ubique una Torre NODO, aportándoles un aspecto distintivo. Así, “en China serán estructuras de bambú las que sostengan las plantas; en países del Mediterráneo, materiales cerámicos como ladrillo; y en Estados Unidos o Canadá, madera”, dice Rodríguez.

La idea surge de las investigaciones sobre rascacielos híbridos del propio Rodríguez y de los estudios sobre estructuras prefabricadas de otro de los miembros de ANDO, el grecoalmeriense Konstantinos Tousidonis.

Una de las intenciones de estos creadores ha sido “promover de algún modo Andalucía”. “Queríamos que nuestra tierra se situara con fuerza en el panorama arquitectónico internacional”, asevera el arquitecto Antonio Ares. Y lo han logrado, ya que además del segundo puesto general del concurso, se han alzado con el primer premio de los proyectos europeos y con el primer premio en la categoría de Diseño de Construcción. Todo un logro en una ciudad como Chicago, donde hablar de rascacielos es casi una religión. No en vano, esta ciudad fue la primera del mundo en tener uno de estos gigantes de la construcción.

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Según los creadores de NODO (cuatro gaditanos y un almeriense), la torre está diseñada para que sea “energéticamente eficiente y aporte soluciones arquitectónicas para ciudades superpobladas” De hecho, en el ejemplo de Pekín propuesto por las bases del concurso, un solo NODO podría sustituir en vertical a varios extensos hutongs, los barrios de callejuelas estrechas y densamente habitados de la capital china. El rascacielos albergaría unidades de viviendas de múltiples tamaños, intercaladas con plantas de tiendas, jardines y espacios de recreo al aire libre.

El edificio ganador del concurso fue presentado por la Universidad de San Diego.

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