_
_
_
_
_

‘Servicio de habitaciones’ del Loop con el videoarte de Peter Greenaway

Las imágenes con ordenador crecen entre la oferta de la feria

Una de las habitaciones del hotel Catalonia Ramblas.
Una de las habitaciones del hotel Catalonia Ramblas.JOAN SÁNCHEZ

“Para reflejar la multiplicidad de perspectivas que caracterizan la realidad, hay que acabar con la tiranía de la pantalla única y la esclavitud de la narrativa”. Lo afirmó ayer el cineasta Peter Greenaway, estrella de la 10ª edición de Loop, la feria de videoarte que se inauguró ayer en el hotel Catalonia Ramblas de Barcelona con el mayor número de galerías, 49 de 13 países, de su historia. Durante tres días, las habitaciones del hotel serán la particular galería. Con Ice Time (galería N2), Greenaway denuncia el cambio climático y el calentamiento global, a través de una videoinstalación sincronizada en cinco monitores. “Quiero centrarme en las nuevas herramientas; el cine ha muerto”, aseguró el iconoclasta director de El contrato del dibujante.

Por “falta de financiación”, el cineasta Peter Greenaway no ha podido llevar a cabo su instalación multimedia del Guernica, en ocasión del 75º aniversario del bombardeo, según hizo público en el marco del festival de videoarte Loop que empezó ayer en Barcelona. El proyecto, que forma parte de la serie Nine classic paintings, se basa en investigaciones cinematográficas que le permiten dar vida a obras maestras de la pintura occidental, como ya hizo con La Ronda de noche, de Rembrandt, y La última cena, de Leonardo.

Imposible identificar un hilo conductor en este Loop. Ecléctica, heterogénea y transdisciplinaria, son los adjetivos que mejor definen la feria. Excluyendo Motive Gallery, que apuesta por el encanto del proyector antiguo con película de celuloide en 16 mm, se detecta un aumento de las imágenes generadas por ordenador. Muchos artistas las mezclan con tomas reales como la crítica a la estandarización de Alexandra Navratil (Àngels), la singular lectura de Japón del peruano Daniel Jacoby (Toni Tàpies) y la combinación de personajes reales en escenarios digitales de Hans Op de Beeck (Mandos). La imagen digital triunfa en muchos trabajos, como la atípica y coloreada interpretación del calendario maya de Michael Grey (Senda) y la vertiginosa animación de Federico Solmi (ADN), suerte de artesano del 3D que combina las clásicas animaciones manuales con imágenes obtenidas con programas de edición de videojuegos, que le otorgan una textura única.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_