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‘Butterfly’ y el metalenguaje

Mario Gas dirige la puesta en escena de la ópera de Puccini en el Maestranza

Margot Molina
Las sopranos Svetla Vassileva, a la izquierda, y Amarilli Nizza, en Sevilla.
Las sopranos Svetla Vassileva, a la izquierda, y Amarilli Nizza, en Sevilla.PÉREZ CABO

Mario Gas acude a su juego preferido, los metalenguajes, en la dirección de escena de Madama Butterfly, de Puccini, la última de las óperas que programa el Teatro de la Maestranza de Sevilla esta temporada y de la que se ofrecerán ocho funciones entre el 5 y el 15 de junio. El montaje es una producción del Teatro Real de Madrid de 2002, una de las que más ha repuesto el escenario madrileño, y contará con la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla bajo la dirección de Pedro Halffter.

 “Todos los géneros tienen un código y si lo traspasas la historia se desvanece. Hay que tener en cuenta cuáles son sus elementos fundamentales para no caer en la patochada”, explicó el jueves Mario Gas, actualmente director del Teatro Español y un experto en revisitar los grandes títulos líricos. “Madama Butterfly es una historia oriental pero, en el fondo, como todo Puccini, hay un sustrato mediterráneo, sanguíneo y una pasión 100% latina que te prende. Por eso yo me planteé cómo preservar la acción del drama vista desde un corazón latino. Y mi respuesta fue emplear un metalenguaje, incorporar el cine de los años treinta de Hollywood dentro de la ópera”, añadió Gas. El director de escena ha incorporado tres cámaras a su producción que trabajan durante la función, el supuesto rodaje de una película sobre la ópera, y permiten acercar los gestos de los intérpretes al espectador a través de dos pantallas. Todo en riguroso directo.

“Este mecanismo me permite crear una trama respetuosa con el drama y trabajar las emociones más esenciales del conflicto entre la cultura dominante americana, representada en Pinkerton, y el pueblo dominado de Japón, que encarna Butterfly”, subraya el director, quien ha dejado esta reposición en manos de José Antonio Gutiérrez.

El director de escena, que sitúa la ópera en los años 30, incluye en la trama el rodaje en directo del montaje

Al tratarse de ocho representaciones del mismo título —lo habitual en Sevilla es tres o cinco— dos elencos distintos interpretarán el desgarrador drama en el que Puccini enfrenta a las culturas de Oriente y Occidente a través de sus personajes. La soprano búlgara Svetla Vassileva y el tenor mexicano Héctor Sandoval encarnarán a Cio-Cio-San y al teniente Pinkerton los días 5, 8, 11 y 14; mientras que la italiana Amarilli Nizza y el valenciano Javier Palacios lo harán los días 6, 9, 12 y 15.

“Butterfly es la devastación emocional de una mujer porque le arrancan lo que más quiere: a su hijo. Puccini nos lleva a un final en el que es imposible no tener empatía con ella”, apuntó Pedro Halffter, para quien las dos sopranos que encarnan a la geisha interpretan a una mujer distinta. “Svetla interpreta a una Cio-Cio-San más dulce, más tímida; mientras que Amarilli da vida a una mujer que está más segura de sí misma”, comenta el director musical.

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“Hay tantas butterflies como cantantes que la interpretan porque el personaje se lleva dentro del corazón”, afirmó Svetla Vassileva, quien ha colaborado con grandes directores como Zubin Mehta, Riccardo Muti o Lorin Maazel.

“Puccini es el compositor que mejor representa en este momento las dificultades que atraviesa el ser humano y las situaciones de injusticia que, en estos tiempos de crisis, sufren muchas personas por culpa de unas pocas. Él reflejó una situación política que sigue siendo actual”, aseguró Amarilli Nizza, quien debutó precisamente con el rol que interpreta en Sevilla. “Es un drama femenino con una música que no está ligada a un lugar concreto, sino a las grandes pasiones que se dan en todo el mundo por igual”, añadió.

Esta producción se sustenta además en un triángulo italiano de lujo: la escenografía de Ezio Frigerio, un mago del cine, el teatro y la ópera cuyo nombre está unido en la escena al de Giorgio Strehler y el Piccolo Teatro de Milán; el vestuario de Franca Squarciapino, y la iluminación de Vinicio Cheli. El trabajo de este equipo es conocido en el Maestranza, donde ya han colaborado en los montajes de Alahor en Granada, Las bodas de Fígaro y Don Giovanni.

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Sobre la firma

Margot Molina
Ha desarrollado su carrera en El PAÍS, la mayor parte en la redacción de Andalucía a la que llegó en 1988. Especializada en Cultura, se ha ocupado también de Educación, Sociedad, Viajes y Gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid. Ha publicado, entre otras, la guía de viajes 'Sevilla de cerca' de Lonely Planet.

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