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Los capos del narcotráfico subcontratan los servicios para reorganizarse mejor

El coordinador de los últimos golpes a narcos analiza el estado de la lucha antidroga

Fardos con 3.000 kilos de cocaína hallados en el pesquero Ratonero en febrero pasado.
Fardos con 3.000 kilos de cocaína hallados en el pesquero Ratonero en febrero pasado.

Durante tres años, las familias de transportistas de droga arraigadas en Galicia asumieron una tregua obligada por la presión policial que a partir de 2009 dejó mermada su potente y costosa infraestructura marítima. Pero en febrero pasado se constataron los primeros síntomas de recuperación cuando la Guardia Civil de Pontevedra junto con Aduanas abortó el desembarco de un cargamento de casi 3.000 kilos de cocaína apresado a bordo de un pesquero de O Grove. Semanas después, fue incautado en Tui uno de los mayores alijos de heroína de Europa procedente del sudeste asiático. Ambos operativos suponen un duro golpe para los narcos, no sólo por las pérdidas económicas, también por el fracaso de una de las vías de penetración de estupefacientes que pretendían volver a usar.

Un doble éxito de la Guardia Civil, coordinado por el capitán Joaquín Losada, responsable de la Policía Judicial y uno de los mandos mejor preparados en el instituto armado para combatir el narcotráfico y el blanqueo. Cinco años después de asumir el cargo, y con unos resultados que en medios de la lucha antidroga se califican de “espléndidos”, Losada analiza estas operaciones y descarta que se esté produciendo un cambio de tendencia del gran tráfico de estupefacientes aunque sí ve cambios en la estructura de los clanes.

“Estadísticamente, el narcotráfico sigue marcando una línea ligeramente descendente en los últimos 10 años, tanto en España como en Galicia, lógicamente con sus dientes de sierra o fluctuaciones temporales pero que en ningún caso rompen la tendencia general”, afirma Losada. “El hecho de que en este momento se haya producido una gran aprehensión de cocaína tiene más que ver con el resultado de una buena investigación que con un hecho que marque o modifique la tendencia general o que nos indique que las rutas de introducción estén variando”.

“El narcotráfico es una actividad delictiva y presenta una zona oscura difícil de cuantificar. Tenemos dos posibilidades para justificar la respuesta: una, basarnos en informaciones sin confirmar que llegan de alijos cuando menos inciertos; y otra, apoyarnos en hechos objetivos como son las aprehensiones, las encuestas de consumo o el precio del mercado de la droga”, explica el capitán Losada. “Si hacemos caso a los últimos datos, no podemos decir que el narcotráfico repunte en Galicia más que en el resto”, asegura.

El tránsito de cocaína y el precio de esta sustancia, según Losada, se han estabilizado en la última década con ligeras fluctuaciones al alza, como la actual, y la crisis solo afecta al gran tráfico. Apunta que se ha advertido “un ligerísimo incremento” del tráfico de cocaína que responde a circunstancias coyunturales. El precio se ha mantenido estos diez últimos años en torno a los 32.000 y 35.000 euros el kilo.

Respecto a que si las redes de transportistas que se creían desmanteladas están intentando regresar a la intensa actividad de la pasada década, Losada sostiene que los viejos patrones de las bandas se están renovando y los cárteles de la cocaína son más exigentes con ellos. “Alguien que no tenga una buena infraestructura con capacidad operativa, cierto prestigio al otro lado del Atlántico y una buena capacidad económica para poder responder ante los propietarios de la droga, no podría asumir el transporte de una cantidad importante de droga”, explica Losada. “Pero hay que tener en cuenta que ahora los llamados clanes no presentan una estructura piramidal presidida y regida por el jefe de una organización estable y casi funcionarial: el capo ya subcontrata los servicios que necesita y esto le permite reorganizarse fácilmente lo cual dificulta todavía más su erradicación”, subraya.

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La aprehensión del pesquero Ratonero y las dos lanchas de apoyo que intervinieron para rematar el transporte de casi 3.000 kilos de cocaína supone una vuelta a los clásicos métodos empleados por bandas hace ya 25 años. Confirma también que la ruta más utilizada sigue operativa aunque en los últimos tiempos los cárteles han preferido otras fórmulas de introducción para evitar los controles de las planeadoras. La que iba a desembarcar este alijo en Galicia tenía siete motores y fue descubierta en Madeira. Además de las proporciones del alijo, los investigadores se sorprendieron de la elevada pureza del cargamento, más del 80%, que rompe la tendencia de los últimos años. La droga no pertenecía a un solo proveedor sino al menos a tres carteles diferentes

“Los narcotraficantes gallegos en ningún momento han dejado de postularse ofreciendo sus barcos e infraestructura”, asegura Losada. “Otra cosa es que los últimos años este ofrecimiento no haya tenido aceptación al otro lado del Atlántico, bien porque en ese momento se estaba haciendo uso de otro método de introducción más seguro y fácil, bien por la pérdida de confianza de los propietarios de la droga o porque la infraestructura que ofrecían estuviera mermada por la acción policial y judicial”, subraya.

El mayor alijo de heroína turca

Era propietario de un concesionario de coches de A Guarda que le servía de tapadera para dirigir una solvente y hermética red de distribución de heroína que operaba en el norte de España y casi acaparaba el mercado de Portugal. Durante meses fue sometido a una estrecha vigilancia desde que en abril de 2011 le fueran interceptados 4,5 kilos de esta sustancia a dos portugueses cuando los llevaban a su país.

J.G.R. utilizaba como correos a un familiar y a un portugués. En la mañana del 29 de febrero, sospechando que se estaba preparando una entrega de droga, la Guardia Civil interceptó en Tomiño a un sobrino del jefe cuando circulaba en un vehículo con siete kilos de heroína. Un amplio dispositivo permitió la detención del jefe de la organización y otras ocho personas.

La Guardia Civil realizó nueve registros domiciliarios en propiedades de los detenidos ubicadas en Tomiño, A Guarda, Cangas y Baiona. En una de estas viviendas, los agentes hallaron en los corrales del ganado y oculta bajo el estiércol tres zulos con 107 kilos de heroína de gran pureza, 650 gramos de cocaína y 50 kilos de sustancia para corte del estupefaciente. Los agentes acababan de localizar el mayor alijo de heroína incautado en Galicia y uno de los más importantes de Europa de procedencia turca. La droga hubiera alcanzado 3,5 millones en el mercado negro.

Para el capitán Joaquín Losada, “se trata de organizaciones con una estructura fuertemente cohesionada y sometidas a rígidas normas de control que las hacen casi impenetrables por lo que resulta muy difícil su investigación”, explica. “De ahí el mérito que policialmente se le reconoce a este tipo de operaciones”.

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