_
_
_
_
_

PSC y PP presionan para rebajar el pacto fiscal que reclama Artur Mas

Duran desdeña la hacienda propia que reclama el presidente catalán

Pere Navarro (PSC) y Alicia Sánchez-Camacho (PP), ayer en el Parlamento catalán.
Pere Navarro (PSC) y Alicia Sánchez-Camacho (PP), ayer en el Parlamento catalán.ANDREU DALMAU

No suman mayoría ni de largo en el Parlament, pero su concurso es imprescindible para que la promesa estrella del presidente de la Generalitat, Artur Mas, el pacto fiscal, no se estrelle en cuanto llegue a las Cortes. El Partit dels Socialistes y el Partido Popular escenificaron ayer en la Cámara catalana que, si bien están por la labor de pedir una mejora de la financiación, no ven viable que Cataluña pueda equipararse al régimen del País Vasco o Navarra. La presión de ambos partidos, así como las pocas ganas de enfrentamiento con el Gobierno central que reina en los sectores moderados de CiU, hicieron aflorar ayer muestras de flexibilidad por parte del Ejecutivo catalán.

El primer secretario del PSC, Pere Navarro, y la líder del PP catalán, Alicia Sánchez-Camacho, celebraron una breve reunión en la Cámara catalana en la que dejaron claro que su modelo de financiación no será “rupturista” y que pasa por que Cataluña siga dentro de la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (LOFCA). Un encuentro para lanzar un mensaje a Mas: o rebaja sus pretensiones o el pacto fiscal solo contará con el apoyo de Esquerra e Iniciativa.

“Queremos un gran acuerdo”, subrayó Navarro, que explicó a Sánchez-Camacho el modelo del PSC. El PP está abierto a negociar una mejora de la actual financiación, y se proclama como el único valedor de cualquier pacto posible: “No habrá acuerdo si no está el PP”, advirtió Sánchez-Camacho, que remarcó la condición de PSC y PP: que Cataluña permanezca en la LOFCA.

El Gobierno de CiU ya admite que deberá descafeinar sus planteamientos

El Gobierno catalán se dio por enterado de las condiciones que le ponen los dos grandes partidos de ámbito nacional. El portavoz de la Generalitat, Francesc Homs, aseguró que lo importante es que hay “una gran coincidencia en que la financiación de Cataluña es insuficiente”. Al contrario que en anteriores ocasiones, Homs llamó a no polemizar acerca de si Cataluña debe o no mantenerse dentro de la LOFCA. Ahora, la Generalitat cree que bastaría con añadir la “excepción catalana” en la ley, que ya prevé excepciones para el País Vasco, Navarra y Canarias. El secretario de Organización de Convergència, Josep Rull, avisó a Esquerra que deberá “ceder” para rebajar el modelo de financiación para incluir al PSC.

El desmarque de Duran

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

El líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, no está dispuesto a dejar pasar la oportunidad de ganar protagonismo a cuenta del pacto fiscal. Hasta el congreso de su partido, hace dos semanas, prácticamente no había fisuras entre Unió y Convergència en torno a la propuesta del nuevo modelo de financiación. Desde que fue ungido nuevamente como líder democristiano, Duran ha ido ganando protagonismo y, con él, tomando distancias con CDC. Primero fue la reunión con Pere Navarro para encontrar un nexo de unión entre los socialistas y el Gobierno catalán. Y ayer desdeñó la principal amenaza de Artur Mas, en caso de fracaso: la hacienda propia para Cataluña.

En una entrevista en Onda Cero, Duran usó la final de la Copa del Rey como metáfora para dejar claro que los equipos "no tienen plan B. El único plan B que tienen es ganar. Si perdemos la partida del pacto fiscal, deberemos pensar qué hacer. No tengo pensado, todavía, qué hacer". Por si no habían quedado claras su distancias respecto a Mas, el democristiano subrayó que la hacienda propia surge de "declaraciones del presidente de la Generalitat". El líder de Unió justificó su desdén dudando del apoyo popular al plan B de Mas: "Me habla de insumisión. Debemos saber si nos quedaríamos cuatro, si el pueblo nos seguiría o no seguiría". Después de la entrevista, Duran  aseguró que su intención no era desmarcarse del plan B, sino destacar su confianza en el éxito del pacto fiscal. 

La negación del plan B no es la única distancia que Duran ha tomado respecto al modelo de pacto fiscal diseñado por Mas. Mientras que el presidente de la Generalitat siempre ha subrayado que Cataluña necesita la nueva financiación para salir de la crisis, el democristiano abrió la puerta a aparcar los beneficios de un hipotético cambio de pacto fiscal hasta que mejore la situación económica. "No se trata de repartir hoy el dinero, sino de fijar las bases del nuevo modelo. No significa que entre en vigor hoy, cuando hay dificultades económicas". 

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_