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MÚSICA | CRÍTICA
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Raphael, reencuentros en la tercera fase

Ofrece un épico concierto para presentar su disco de colaboraciones con Manuel Alejandro

Raphael gesticula en el concierto del lunes.
Raphael gesticula en el concierto del lunes.GORKA LEJARCEGI

Un concierto de Raphael puede resultar una experiencia tan reveladora como asistir al aterrizaje de un platillo volante en una montaña de Wyoming. Es capaz de dejarlo a uno entre incrédulo, boquiabierto y, sobre todo, exhausto tras una velada de 40 canciones interpretadas de un tirón. Si además, el cantante de Linares (Jaén) se sube a las tablas del Teatro de la Zarzuela para presentar nuevas canciones compuestas para él por Manuel Alejandro -con el que no trabajaba desde hacía 28 años-, la sensación de asistir a un fenómeno de otro planeta se agudiza. "¿Qué puedo decir?... Estoy en mi teatro fetiche. Aquí empezó todo, aquí volví a la vida y aquí regreso ahora con Manuel Alejandro". Tres fases clave de su vida resumidas en un solo escenario.

Hace 30 años la desaparecida Hispavox robó el uranio de la tabla periódica para celebrar con el cantante la venta de más de 50 millones de copias de sus discos. Y parece que fuera el combustible de los reactores nucleares lo que alimenta el alma de este hombre capaz de parar los relojes en cuanto pone un pie en el escenario.

Raphael aparece en escena y se produce una alteración en la fuerza. Una alteración que lo posee durante casi tres horas y lo convierte en el artista total capaz de traspasar la cuarta pared contagiando sin remedio a una audiencia que no puede hacer otra cosa que rendirse abducida por la entrega épica de un artista que hace ya más de cuarenta años perdió el corazón y la cabeza por el mundo del espectáculo.

Risa, llanto, furia, amor, sensualidad, desencanto, ímpetu, furor, delirio, desengaño… Raphael maneja magistralmente las subidas y bajadas de su montaña rusa particular con la maestría de un Vizconde de Valmont capaz de engatusar hasta al público más reacio. Él sale, canta de entrada Mi gran noche, Yo sigo siendo aquel, La noche y Digan lo que digan  y ya tiene ganado a un público que lo vitorea puesto en pie casi canción tras canción. Mucha culpa la tienen las fantásticas composiciones de Manuel Alejandro -que presenció el concierto desde un palco de platea-. Canciones que el cantante jienense ha hecho suyas como nadie y que anoche hasta se permitió ofrecer, en ocasiones, prescindiendo del micrófono: "Jamás habrás tenido un intérprete que sienta tanta pasión por un tema tuyo". Si Rocío Jurado era La más grande, no sería descabellado -pese a que su voz ya no es la de antes-, afirmar que Raphael continúa ostentando el trono de ser su homólogo masculino.

Cuando el cantante tenía tan solo 15 años comenzó su colaboración con Manuel Alejandro. Anoche repasó algunas de aquellas primeras canciones "cándidas y blancas" de una larga lista de temazos de oro incontestables como Yo soy aquelCuando tú no estás,  Digan lo que digan, Hablemos del amor, En carne vivaQué sabe nadie, por poner unos cuantos ejemplos. Cayeron todas. De Reencuentro, su nuevo disco -el número 40 de su carrera- tan solo siete. El único reproche que se podría buscar a la velada: no haber cantado ’Como yo te amo’ que tenía previsto para terminar el concierto. Habrá que esperar a hoy.

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