_
_
_
_
_

Un temprano acuerdo con el PNV

Los desencuentros protagonizados por los dos integrantes del pacto para el cambio dejaron claro desde muy pronto que ese acuerdo de estabilidad para el Gobierno, que cerraba un largo período de poder del PNV y que en la recta final se había caracterizado por un perfil más soberanista bajo el mandato del lehendakari Juan José Ibarretxe, no iba a tapar, sin embargo, el antagonismo ideológico y político de ambas formaciones.

El Ejecutivo de Patxi López tuvo, además, las manos libres para permitirse, también muy pronto, acuerdos como el que sellaron PSE-EE y PNV, para la estabilidad institucional. El acuerdo, claramente facilitado por las premuras que a cualquiera en posiciones de gobierno le imprimía la crisis, se produjo menos de seis meses después del desalojo del PNV del Gobierno y a él se sumó también Hamaikabat, la escisión de EA socia entonces de los peneuvistas en la Diputación de Gipuzkoa.

De algún modo, este acuerdo entre socialistas y nacionalistas fue la primera prueba de que el riesgo de que la política vasca se encajonara otra vez en una dinámica frentista era menor del esperable. Ese acuerdo facilitó los presupuestos al PNV en las tres Diputaciones, entonces todas en sus manos, y el intercambio de apoyos en los ayuntamientos donde uno y otro partido necesitaran de votos para aprobar sus cuentas y funcionar. Con anterioridad, los socialistas habían adoptado un comportamiento idéntico con el Gobierno Ibarretxe a pesar de las sensibles diferencias políticas que mantenían y siempre había primado la “responsabilidad institucional”.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_