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tecnología

Unidos por la informática

Más de un centenar de escolares participan en San Sebastián y Bilbao en el Scratch Eguna El objetivo es “programar y compartir”

Uno de los grupos participantes en el Scratch Eguna utiliza sus ordenadores, ayer, en la Alhóndiga.
Uno de los grupos participantes en el Scratch Eguna utiliza sus ordenadores, ayer, en la Alhóndiga. FERNANDO DOMINGO-ALDAMA

El atrio de la Alhóndiga fue tomado ayer por pantallas y ordenadores, y el barullo de cerca de un centenar de escolares mostrando lo que han sido capaces de hacer en las aulas utilizando el Scratch, una aplicación informática para aprender el lenguaje de programación. Era la celebración de Scratch Eguna, que sacó a la calle en Bilbao y en San Sebastián, a equipos de escolares de quinto y sexto de Primaria, chicos y chicas de 10 y 11 años, de 12 colegios, la mayoría centros concertados. En la capital guipuzcoana, la reunión, una treintena de escolares, fue en el Museo San Telmo. Una conexión por Internet permitió unir sus experiencias.

El objetivo del manejo del Scratch en la escuela no es aprender informática. “Su papel en la enseñanza es ayudar a los niños a entender el orden lógico de los procesos”, explica uno de los promotores del Scratch Eguna, Josu Garro, profesor de Secundaria. “Es básico en cualquier competencia de la vida”. La programación sirve, además para alcanzar otras metas: “lo que hacen de verdad con el Scratch es aprender a divertirse y a trabajar en equipo. Es programar y compartir”. El Scratch es software libre, creado por el Massachusetts Institute of Technology (MIT), cuyos desarrollos son compartidos por personas de todo el mundo.

La mayoría de los participantes se había vestido con la camiseta del Scratch Eguna, con el dibujo de la mascota que dio nombre al software (el gato del creador de la aplicación) en la espalda. El equipo del colegio Karmengo Ama, de Amorebieta, cuidó más la puesta en escena. El equipo Eusko Haginlariak (Dentistas vascos) repartió entre sus miembros los roles de dentistas y auxiliares de la consulta dedicados a la limpieza.

Los niños usan el ‘software’ libre para crear juegos y pequeños robots

Maialen llevaba bata blanca y mascarilla; Jon, a su lado, aguantaba con los guantes de goma puestos en su papel de limpiador. Su proyecto llamaba la atención de los visitantes porque además de ordenadores portátiles y pantallas habían montado con piezas de Lego la maqueta de una clínica dental, con su recepción, sala de espera y consulta. Era la ambientación que requería el juego que habían inventado con la ayuda de Scratch: un cabezón que recuerda a Epi abre y cierra la boca mientras los participantes intentan extraerle con pinzas una muela afectada por la caries. Otros grupos también habían utilizado la capacidad del programa para crear, por ejemplo, un ascensor de una casa de pisos en miniatura o diversos juegos de ordenador.

Garro anima a todas las escuelas a desarrollar sus proyectos y compartirlos en el próximo Scratch Eguna. “La Primaria es el momento de empezar a manejar estas aplicaciones informáticas”, asegura. “A los 10 y 11 años se emocionan con lo que consiguen hacer, tanto los chicos como las chicas”.

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