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Cuando el residuo se convierte en recurso

Una cooperativa abre en Mungia la primera planta automatizada de España dedicada al reciclaje y la reutilización de todo tipo de objetos

Una joven empleada trabaja en la clasificación de prendas de ropa en la planta de Koopera Reusing Center, ayer durante la inauguración
Una joven empleada trabaja en la clasificación de prendas de ropa en la planta de Koopera Reusing Center, ayer durante la inauguraciónFERNANDO DOMINGO-ALDAMA

“Transformar lo que no se usa en empleo y en ahorro”. Con esas palabras, el director de Servicios Ambientales de la cooperativa Red Social Koopera, Javier Mariño, definía ayer la labor de la iniciativa que se ha convertido en el eje vertebrador de su actividad: Koopera Reusing Center, la primera planta automatizada de España dedicada a la gestión, reutilización y reciclaje de todo tipo de objetos desechados por los ciudadanos.

La nave, ubicada en Mungia, fue inaugurada ayer con la presencia de personalidades políticas vinculadas al empleo y el medio ambiente. En sus instalaciones, que suman 4.500 metros cuadrados, se prolonga la vida útil de prendas, zapatos, juguetes, libros o aparatos electrónicos y se fomenta la inclusión social y laboral.

En el proceso de recogida, clasificación y tratamiento de estos residuos —que se convierten en recursos— trabajan por ahora 264 personas. Muchas eran perceptoras de la Renta de Garantía de Ingresos o pertenecían a colectivos en riesgo de exclusión social antes de trabajar en Koopera.

El diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, reconoció que entre el ahorro en ayudas sociales de Lanbide y el derivado de la gestión de residuos, la iniciativa retornará dos millones de euros a la Administración. Bilbao fue el encargado de cortar la cinta, hecha con trozos de ropa vieja, y explicó que confían en “aumentar la reutilización y el reciclaje en un 13% a lo largo de 2012”.

Cada mes se prevé que lleguen a la planta de Mungia 250.000 kilos de ropa usada, 46.000 de zapatos, 6.000 de juguetes y 5.000 de libros, sin contar los aparatos electrónicos o artículos de bazar, en torno a 3.000 kilos al mes. La eficiencia comienza desde la recogida selectiva, con un único contenedor para todos. Una vez llegan a la planta, la innovadora tecnología de reconocimiento de voz permite clasificarlos 60 veces más rápido y al mismo tiempo generar empleo. Los empleados separan los objetos y el software reconoce las palabras pronunciadas —“blusa mujer”, “vaquero”, “juguete”, “algodón blanco”— enviando los objetos por distintas cintas transportadoras hacia la fase de tratamiento.

Casi la mitad de lo que reciben en Koopera puede repararse y desde allí se distribuye entre tiendas de segunda mano de Bizkaia y dos proyectos internacionales en Chile y Rumanía. En torno a un 30% del género se recicla parcial o totalmente, de forma que se reducen considerablemente los residuos y se optimiza su gestión. Con este proyecto Bizkaia aspira a pasar de las 1.778 toneladas de residuos que hoy se reutilizan o reciclan a las 3.371 en 2016.

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Javier Mariño destacó que Koopera Reusing Center pretende contribuir al consumo responsable y romper “la filosofía de usar y tirar”. Para el viceconsejero de Empleo, Javier Ruiz, la planta es un ejemplo de las prioridades a tener en estos tiempos de crisis.

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