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“Feliz año y próspero mundo nuevo”

El 15-M celebra su aniversario con una marcha por el centro y una asamblea

Un indignado portaba un cartel alusivo a Rita Barberá, alcaldesa de Valencia.
Un indignado portaba un cartel alusivo a Rita Barberá, alcaldesa de Valencia.CARLES FRANCESC

La jornada de protestas de ayer comenzó con un interrogante directo: “¿Qué pedimos, la dimisión de la alcaldesa o de la delegada?”. La respuesta no tardó en llegar. Después de leer un comunicado dirigido al Gobierno por el desalojo del sábado, los cientos de asistentes a la celebración del Movimiento 15-M decidieron marchar a la Delegación de Gobierno. En un ambiente festivo y casi turístico, que fue parando en la sede de Bankia o en el Tribunal Superior de Justicia, los manifestantes intercalaron felicitaciones por el cumpleaños y prósperos “mundos nuevos” con arengas dirigidas a las autoridades.

“No nos representan”, “Sánchez de León, dimisión” o “el próximo parado, que sea un diputado” acompañaron al tramo comprendido entre la plaza del Ayuntamiento y la Delegación de Gobierno, en la calle de Colón. Con tan solo tres furgonetas de policía, que abrían paso, los manifestantes regresaron a su ágora para concluir con un “abrazo colectivo” y una cadena humana.

“Ya estamos empezando a hacer cosas”, relataba uno de los asistentes, “pero esto no va a ser la toma de la Bastilla”, aclaraba. Una mujer portaba una pancarta que decía: “El 15 de mayo de 2011 dejé de sobrevivir y empecé a vivir. ¡Bienvenida, dignidad!”. El grupo, que iba actuando “por impulsos”, presentaba un aspecto diverso: dos chicas estudiaban los apuntes de valenciano para un examen de Bachillerato, un grupo de madres acompañaba la protesta con sus hijos y los denominados yayoflautas encabezaban las proclamas con el lema Contra la crisis, por los derechos sociales.

Al final, unos 150 indignados se despidieron con otra asamblea. “Seguimos en comisiones de trabajo”, recordaron. “Esto no es solo una cuestión política, también es de amor”, indicaron. Por la mañana, unas 50 personas se habían concentrado en una oficina céntrica de Bankia para quejarse por los desahucios. "La corrupción es como la paella: en ningún sitio se hace como en Valencia", rezaba un cartel.

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