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Jorquera presenta un nuevo BNG “plural y unido para ser el motor del cambio”

El Bloque convierte la proclamación de Jorquera como candidato en un acto de autoafirmación para las bases

Momento de la aclamación de Francisco Jorquera. / ÓSCAR CORRAL
Momento de la aclamación de Francisco Jorquera. / ÓSCAR CORRAL

El BNG no ha esperado a que Feijóo ponga fecha a las autonómicas para lanzar a su candidato, Francisco Jorquera, en un acto de autoafirmación que congregó a 2.000 incondicionales en el Palacio de Congresos de Santiago. El mitin, pródigo en soflamas contra el neoliberalismo, la derecha y los mercados, sirvió para que los simpatizantes brindasen una atronadora ovación a Carlos Aymerich, exportavoz parlamentario, por decidir quedarse en el frente y no agravar la crisis abierta tras la escisión de Máis Galiza, la corriente que él mismo lideraba, y el Encontro Irmandiño de Xosé Manuel Beiras.

Con una metáfora cargada de dobles intenciones, Aymerich aseguró que en el BNG hay más marineros que aventureros y que los marineros no se quejan del mar. Convirtió en capitán del barco a Francisco Jorquera sin citar siquiera al portavoz nacional Guillerme Vázquez y pidió seguir remando juntos para “derrotar al PP”. La reconciliación pública de Aymerich con los que fueron sus rivales en la última asamblea dio una de las fotografías de la mañana: sus gritos de “BNG, BNG” previos a su intervención pusieron en pie a la platea.

Cuando llegó su turno, el candidato, “una persona coherente, con palabra y en la que se puede confiar”, según Guillerme Vázquez, Jorquera dio por inaugurada “una nueva etapa de la que sale un BNG, plural, unido y más fuerte, con ideas y energías renovadas” para convertirse en “el motor del cambio” en Galicia.

Vence dice a Feijóo que muchos países avanzados tienen banca pública

El candidato nacionalista a la presidencia de la Xunta recurrió a la autora canadiense Naomi Klein y a su obra La doctrina del shock para explicar el temor paralizante que imponen los mercados a la sociedad para poder llevar a cabo su expolio y atribuyó a esa misma estrategia la imagen de división que se está trasladando a la sociedad de cuanto acontece en el BNG, por parte de quienes saben que es “la alternativa a las políticas que se están llevando a cabo”.

Al ritmo de los bombos y tambores de Treboada do Baixo Miño, con cierto aire entre marcial y festivo desfiló la dirección del BNG a su entrada en el Palacio de Congresos de Santiago bajo la ovación de 2.000 incondicionales con palmas y banderolas al aire. Sobre el escenario, una gran estrella roja —de esas que hace no tanto escondía la parafernalia electoral— y un lema con doble sentido, En Bloque podemos, que bien podría sustituirse por otro que sobrevoló todas las intervenciones: aquí no ha pasado nada.

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El mitin programado para lanzar a Francisco Jorquera como candidato a unas autonómicas para las que todavía no hay fecha se convirtió en un acto de autoafirmación en toda regla. Ya lo anticipó Isabel Risco, la actriz que corrió con las presentaciones: “Mi madriña ¿y esto está desmembrado? Esto no es lo que dicen algunos medios, bien se percibe. Esto es lo que necesitamos, nosotros nos queremos a nosotros mismos y nos aceptamos, no como otros que reniegan de sí mismos”.

Fue una de las escasas alusiones directas a los escindidos de Máis Galiza y el Encontro Irmandiño. El portavoz nacional, Guillerme Vázquez, también muy vitoreado, pidió un aplauso “para los nuevos afiliados del BNG” dando a entender que también los hay, que no solo son días de deserciones en la organización frentista, y aprovechó para enviar un “mensaje de tranquilidad y confianza a esos miles de gallegos preocupados por el BNG y confundidos con las campañas de intoxicación masiva” que el frente dice estar sufriendo.

Su intervención, como el de Jorquera y antes el de la portavoz parlamentaria, Ana Pontón, subrayaron “la coherencia del BNG” que desde el principio se posicionó contra los recortes. El cabeza de cartel nacionalista dibujó a un presidente gallego “sin corazón” que se queja de la herencia recibida sin reparar en que desde que llegó a la Xunta “el paro subió del 12% al 20%, la deuda de 3.200 a 7.700 millones” además de dejar un “sistema financiero en liquidación”.

Antes de él, fueron pasando ante el micrófono el alcalde de Pontevedra, Miguel Anxo Fernández Lores; la eurodiputada Ana Miranda; el concejal de Santiago Rafa Villar; la alcaldesa de Tomiño, Sandra González; la secretaria nacional de las juventudes del BNG, Galiza Nova, Iria Aboi; afectados por las participaciones preferentes, los recortes en sanidad y educación...

Y el economista Xabier Vence, que aprovechó para recordar al presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, que la banca pública no solo es occidental y actual, sino que los países más avanzados como Alemania se sirven de ella “porque quien tiene banca pública tiene industria”.

Entre los invitados de esa llamada sociedad civil que los partidos gustan de exhibir en sus actos, todos muy críticos con la Xunta de Feijóo, hubo alguna salida de tono, como cuando una integrante de la plataforma contra la incineradora de O Irixo acusó al PP de practicar “el genocidio del rural gallego”. Como el resto de intervenciones, la suya acabó con el mismo grito: “¡Viva el BNG!”.

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