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La verja del puerto de Málaga se perpetúa

El Paseo de los Curas se convertirá en una avenida de alta capacidad de tráfico

Aspecto actual del Paseo de los Curas
Aspecto actual del Paseo de los CurasGARCÍA-SANTOS

La aspiración de tirar la valla del puerto de Málaga, que era el objetivo último del plan especial para los nuevos usos públicos de los muelles 1 y 2, está cada vez más lejos de conseguirse. Al menos en toda su extensión. Se suponía que la incorporación del puerto a la ciudad permitiría que desde el casco histórico se pudiera atravesar el parque y llegar hasta el borde del mar. Pero eso sólo va a ser posible en dos puntos, en la Plaza de la Marina, donde ya desapareció la puerta, y en la esquina con el muelle 1, y no no en toda la extensión del Paseo de los Curas, que discurre justamente paralelo al parque.

 La Junta de Gobbierno Local de Málaga aprobó ayer el texto del convenio con la Autoridad Portuaria para disponer de la franja de tres metros en los que se ha retranqueado la verja a lo largo de Paseo de los Curas, y convertirlos en un tercer carril para el tráfico en sentido Malagueta. El Paseo de los Curas quedará así transformado en una avenida de tráfico rápido con tres carriles en cada sentido de la circulación, con lo que aumentará su efecto barrera entre el parque y el puerto, ya que no favorece que crucen los peatones.

La Junta anunció que la verja desaparecería en su totalidad en julio de 2010, cuando el PP inició una campaña de recogida de firmas para solicitarlo. Pero todo quedaba condicionado a la seguridad.

El Palmeral de las Sorpresas, espacio ajardinado y recreativo construido en el muelle 2, está alzado a una rasante superior a la del Paseo de los Curas, y contemplaba al mantenimiento de la verja porque el arquitecto redactor, Jerónimo Junquera, consideró su valor ornamental, además del añadido de seguridad por el desnivel. Así se recogió en el plan especial del puerto aprobado por el Ayuntamiento.

En julio de 2010, Junta y Ayuntamiento crearon una comisión para estudiar alguna fórmula para rebajar el desnivel y crear una especie de pasarela o acceso a mediación del paseo y evitar que los peatones solo puedan cruzarlo en los extremos. Pero ello lógicamente es incompatible con la idea finalmente impuesta de convertir el Paseo de los Curas en una avenida de alta capacidad de tráfico rodado.

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